14-. Señuelo

Magsimula sa umpisa
                                    

Algo recio, Harry suspiró y sacudió la cabeza en un pesado asentimiento antes de agacharse y tomar un lugar en la acolchada alfombra. Su semblante se relajó un poco cuando recibió el peso del bebé en sus brazos. El niño lo miró por un momento, desconfiado, pero el olor de Harry era suave y ligero, por lo que el infante frotó el rostro contra el pecho de Harry, y cerró un puño en su ropa.

Ese gesto desembocó una respuesta casi fisiológica en el cuerpo de Harry, su cuerpo deseando con todas ansias tener un pequeño ser así, pero propio. Respiró profundo y acunó el pequeño cuerpecito tibio, para que estuviera cómodo y el frío no fuese un impedimento. Sonrió suavemente cuando lo vio bostezar formando un círculo con su suave boquita, y sus redondas mejillas se movieron un poco antes de cerrar los ojos. Tras un minuto de relajante silencio, la respiración del bebé se volvió más lenta y acompasada, su barriguita moviéndose debajo de las prendas.

—Debe ser hermoso ser capaz de traer algo tan bonito al mundo—balbuceó Harry, alzando la mirada sólo para notar que tenía los ojos humedecidos. Ashton estiró un poco los labios y frotó la espalda de su amigo, en un gesto de comprensión.

—También serás capaz de eso, Harry—lo animó Barbara, que miraba con un gesto suave y lleno de amor a su hijo—. Y quizá no sólo uno, sino varios. La familia de tu esposo tiene un historial de nacimientos de gemelos y mellizos.

Harry parpadeó para aclarar los ojos.

—Algo así leí en los registros de la biblioteca del palacio de Aurea.

—Si los dioses son buenos, ya para el año que entra nos estarás invitando a conocer a tu heredero.

—No lo sé—Harry se mordió el labio inferior—. Aún no he tenido mi primer celo...

—Oh...

—Debe estar próximo—interrumpió Ashton en voz baja, sus ojos claros emanando seguridad—. El fisiólogo dijo que ya se encontraba estable de salud y que sólo era cuestión de tiempo.

Harry asintió agradecido en dirección de Ashton, que siempre estaba ahí para él para levantarlo cuando estaba a punto de desmoronarse. Meció un poco al bebé, mirando su carita impasible y totalmente ajeno a todo lo que acontecía en su hogar.

—¿Puedo preguntar, Barbara...?—comenzó, buscando las palabras adecuadas—. ¿Existe una explicación del por qué...este culto quiere sacrificar a los beta?

Lady Palvin pasó la palma por la suave textura de la alfombra y pareció ordenar sus ideas, por un momento sólo se escuchó el crepitar de la chimenea, hasta que habló.

—En uno de los enfrentamientos, capturaron a dos prisioneros. Aquí no se aplica la pena de muerte a menos que sea estrictamente necesario—explicó—. Por lo que jamás estuvo en los planes traerlos sólo para demostrar al pueblo que teníamos la situación bajo control.

—¿Los interrogaron?—susurró, compartiendo una mirada con Ashton.

—Sí, delante de todos. Uno, que aparentemente era parte de los fieles, sólo nos amenazó con lo que ya te conté. Eso no hizo más que alterar al pueblo, esparcir el miedo de una forma más real. Y ante su falta de arrepentimiento, Niall no tuvo otra opción más que ejecutarlo.

Harry no se imaginaba al vivaz y parlanchín de lord Horan tomando la vida de un hombre. Pero al final del día era un alfa, y responsable de toda la gente en sus tierras.

—Jamás he tenido que ver una ejecución—reprimió el temblor que quería subir por sus hombros—. ¿Qué hay del otro hombre?

—El otro era uno de los habitantes de las aldeas atacadas. Como ya sabes, eligió unirse a ellos antes de morir o dejar que les pasara lo mismo a su familia—Miró por un momento a las llamas y parpadeó—. Por supuesto que lo entiendo, Niall y yo haríamos lo que fuese necesario por nuestro Jacob. El asunto es...que nos explicó a cambio de recibir a su familia en el castillo, que estos paganos creen que los betas fueron creados por su deidad para ser sacrificados. Que por eso son el balance entre alfa y omega, y a la vez el eslabón débil entre ellos.

Príncipe. » l.s | YA EN TIENDAS|Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon