10.

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Shinya bajó cuidadosamente las escaleras y se encontró con su sala hecha un desastre.

No era porque estaba desordenado, sino por los jóvenes que no sabían cómo ubicarse en un sofá. Mitsuba con los pies en el respaldo y la cabeza cayendo, Shinoa acostada a lo largo, Yoichi sentado en los pies de Shinoa, Yuu con todo su cuerpo en el apoya brazo, Mika estaba igual con el otro apoya brazo, mientras que Kimizuki se mantenía aislado en el sofá individual.

También había otro sofá individual libre, pero al parecer les gustaba estar muy juntos.

El albino encendió la luz para después hablar.

—¡Mikaela, ven aquí!

El rubio dio un respingo pero de igual forma fue hasta donde estaba.

—¿Qué sucede?—todos enarcaban una ceja ante el misterioso comportamiento del padre de Yuu y Shinoa.

—¡Tu madre quiere verte con lentes! Y encontré éstos—se los tendió—. No tienen aumento, puedes ponertelos.

—Micchan...—Shinoa le susurró a su amiga—. ¿Qué crees que se trae?

—Quizás planeó algo con Krul...

Mikaela algo confuso, aceptó el objeto y se los colocó. Sintió la gran necesidad de verse a un espejo apenas lo hizo.

Shinya agarró su celular y lo puso en frente de la cara del rubio, el cual se encandiló con el flash.

—¡Krul-chan lo amará!—exclamó una vez que obtuvo la foto—. Chicos, ¿quieren comer pastel hecho por mí?

Todos se pusieron de pie de un salto, pero solo había uno que no lo había hecho por el hambre.

Bueno, también era hambre, pero se saciaba de distinta manera.

—Mika, ¿me acompañas a buscar la portatil para poner música?—pidió Yuu balanceándose en el lugar.

—No es necesario, Yuu-sal...—acotó su hermana.

—¡Sí es necesario!—la interrumpió—. Vamos.

—Oh, no te lo quites, Mikaela—advirtió el albino—. Me ofenderé—el Geales asintió.

Shinya se encaminó a la cocina y todos lo siguieron, como si fuera mamá pato y los demás sus crías.
A excepción del rubio y el azabache, que era crías que se perdieron en el camino.

Ambos chicos se fueron para la habitación pero apenas se adentraron, Yuuichirou empujó a su amigo en la cama y colocó cerrojo en la puerta.

—¿¡Qué haces, Yuu-chan!?

—Hoy seré el seme.

Sin previo aviso, quitó su playera y se colocó a horcadas del rubio. Éste forcejeaba debajo de él sin entender el repentino comportamiento.

Para suerte del azabache, su amigo tenía una camisa blanca que no tardó en desabotonar.

—Yuu-chan...

Tenía un perfecto abdomen bajo de él, por lo que al instante comenzó a depositarle besos y chupones en él.

¿¡Qué era ese comportamiento repentino!? Estaban viendo una película de terror, no una porno.

Pensó en los lentes, quizás a Yuu le gustaba algún actor de la película pero ninguno llevaba éstos.

Sintió la lengua de Yuu en una de sus tetillas y un leve masajeo en la otra. Tuvo que morderse los nudillos para que no se le escapara alguna indecencia, aunque aquello no amortiguaba sus jadeos.

Yo seré el seme.『Yaoi/BL』#ConcursoMejorFanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora