Realmente pareciera que sólo yo estoy aquí, Drácula no ha dicho palabra, aunque es mal educado opinar de más, es su casa, son sus creencias.
- Lo mataré, así de fácil es -me dice Mozart con seriedad.
- ¿Lo vas a matar porque no pudiste tolerar tu rechazo? - Digo entre disgusto y odio
- Ella será grande, sólo tendrá ojos para mí. Y si quieres te lo mostraré para que no me guardes rencor por tenerla conmigo desde chica -me grita Mozart levantándose de la silla
- Bueno, muéstrame y hazme cambiar de opinión -le grito levantándome de la silla y golpeando la mesa con mis manos, Zafira y Valentine se giran a mirarnos, y me pongo nerviosa
- No pasa nada, chicos -dice Mozart bajando la voz
- Papi, ¿estás bien? -pregunta Zafira arrodillándose en el sillón.
- Sí, él está bien. Sigan mirando la tele, ya vamos -le contesto con disgusto, ella se gira y vuelve a sentarse junto a Valentine.
- Bueno, creo que tendrás que Morderla para mostrárselo, ¿Quieren una habitación? -pregunta Drácula molesto. El pánico se mostró en mí, recuerdo que Drácula me enseñó: cuando un vampiro te muerde y sigues con vida, estás conectado a él. Podrá ver tus pensamientos y tus recuerdos sin necesidad de convertirte en vampiro.
- Morder no, entonces no lo hagas, en fin, si tú lo dices -digo asustada acercándome más a Drácula - Bueno, esto te será una demostración de qué tanto me ama -dice Mozart sentándose de nuevo.
Mira a Zafira con mucho amor y sonríe













Zafira, invitamos a Katherine a nuestra boda -le grita Mozart con un poco de gracia en sus palabras.
-Ella le dijo a Mozart que tiene planeada la boda de ambos -dice Drácula entre risas.
Mozart por un momento sonrió y Zafira se acercaba con hojas en las manos, llenas de dibujos
- Esta será mi boda, me casaré con papá -le dice Zafira a Drácula, mostrándole los dibujos
- Qué bonito, Zafira -le dice Drácula
- ¿Puedo ver? -pregunto interesada, era hermosa verla con su vestidito blanco y sus trencitas rojas; sus mejillas eran rosadas
- Mira, este será mi vestido. Puedes acompañarme a comprarlo si quieres -me dice Zafira mientras Drácula la carga en su pierna.
- Claro, cuando tú quieras -le digo con una gran sonrisa.
Por un momento mi corazón sintió un gran dolor. Una vez ame así a mi padre. Hasta jugábamos a que él me llevaba al altar, solía ponerme un vestido largo de mi mamá, y esos fueron los días más hermosos de mi vida.
Salgo de mis pensamientos,
Mozart me mira muy concentrado en mí, como si viera lo que veo.
- ¿Estás bien, querida? -pregunta Drácula preocupado, mis ojos se llenan de lágrimas.  -Necesito respirar, por favor. Disculpa, con permiso -digo  levantándome de la silla y saliendo del lugar.
Cualquier otro hubiese pensado que era psicópata enseñarle a tu hija que se tiene que casar contigo, pero algunas veces tu padre te ama de una forma única y buscar a alguien como él es un remedio; nadie te amará como tu madre te ama, nadie te dirá lo que tu padre te dice.
Salí respirando profundo, el lugar olía a rosas y vainilla. Me senté en una de esas sillas que había afuera.


Bueno, creo que tu primer amor te falló -me dice Mozart. Sentándose al frente mío. Miro los árboles y las hojas
- Por un momento creí que era asqueroso que tu hija te amara, pero luego lo pensé.
No eres nada de ella, sólo eres alguien que intenta darle lo mejor; comprendo que ella te ame, la has protegido y respetado, nadie la querrá como tú -le digo sin mirarlo. Aún siento algunas lágrimas caer en mi mejilla
- Antes de ella solía matar gente. Me gustaba matar a esos que lo tenían todo y luchaban por más sólo para enorgullecer a sus seres queridos -me dice Mozart mirándome como si sólo existiera yo
- Siempre hay un pero, ¿Verdad? -digo volteando a verlo
- Pero yo no tenía nada. Era estúpido, llevaba años viviendo y nunca tuve nada. No creé a ninguna compañera, mi único amigo fue Elliot, y luego lo solté porque él no me pertenecía. Drácula me hizo entender que si tengo un compañero tiene que ser por su decisión, no por la mía -contesta Mozart mientras su mirada se torna molesta.
- ¿Qué viste cuando la conociste? -le pregunto.
Los vampiros suelen tener dotes, aparentemente Mozart podía ver el futuro de las personas. - Ella era la más bella del lugar, con un vestido verde que hacía juego con sus ojos, traía su hermosa sonrisa y era vampira, vi sus colmillos salir. Era como Zafira, pero un ser pícaro, con entusiasmo; no era una niña, era una mujer y la más hermosa -me dice Mozart sonriendo en cada palabra.
En ese momento comprendí que no debería juzgar a Mozart, aunque no estaría segura de si él le dejaría el derecho de elegir a Zafira pero quién era yo para hacerlo cambiar de opinión. La noche amenaza con llegar y una parte de mí piensa si Mozart también fue mordido por la reina para poder tolerar el Sol.















¿La reina te mordió? -pregunto interesada
No, es la vejez. Tolero el Sol, pero no tanto como Drácula, aquí en el bosque los árboles cubren el Sol, sólo puedes sentir la luz y no el calor que produce cuando te alumbra - contesta Mozart.
- ¿Te vas a quedar? -pregunta Mozart muy entusiasmado.
- Claro, aún tengo historias que escuchar -digo en tono cortés 
- Bueno, Zafira y yo cocinaremos, yo no como pero ella sí -dice Mozart levantándose
-Eso se escucha tentador -digo entre risas
- Dime, ¿cuántos años tienes? - pregunta Mozart abriéndome la puerta para que entre
- Tengo veinticinco, ¿y tú? -digo entrando
- Yo muchos más que tú, te lo aseguro -contesta Mozart burlón.
- Dime, ¿y cómo la encontraste? -pregunto
- Eso lo hablaremos cuando ella esté durmiendo, te contaré muchas cosas. Drácula me dijo que eres escritora y necesitas una historia -dice él yendo hacia Zafira.
- Está bien -digo sentándome en el sillón al lado de Drácula
- Hola -me dice Drácula regalándome una sonrisa que finge no estar preocupada.
- Estoy bien, ¿te vas a quedar?-pregunto intentando calmarlo.



Los Hijos De Drácula(Terminada)Where stories live. Discover now