Capítulo 3 - De la luz a la oscuridad

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Disfrutando de las playas en Hawaii, los cuatro se dirigieron al hotel donde recidían y por la noche ocurrió la tragedia. Les pilló un terremoto que destrozó varias hectáreas con la mala suerte que en el epicentro de la catástrofe natural, se encontraba el hotel de los jóvenes. Las autoridades tras el desastre acudieron a ayudar, todo el mundo estaba afectado por dicha tragedia y entre los 157 fallecidos, 2 de ellos eran el joven Lukas y la chica de la otra pareja. Desolados, los dos supervivientes no dudaron en hacer lo posible para encontrar una esperanza de vida, pero fue imposible, no había nada que hacer. Los dos, zarparon en el velero de Lukas, y se dirigieron al centro del Océano Atlántico, pero durante el viaje, Nicole con lágrimas en los ojos le dijo al joven:

- Jamás olvidaré aquella mirada que me penetraba todo el cuerpo, esas caricias que fundían mi piel y su sonrisa tan profunda, sus actos, sus tonterías. Y en honor a él, esta mañana recitaré sus palabras. - y entre lágrimas dijo: - "Dulce mar y amargo destino, me voy para no volver y volví siendo vecino, de las mejores playas y a mi no me importa moverme al ritmo del viento, con las repeticiones de un molino". 

El joven, sin no mucho que decir, mirando al cielo reflejado en el mar soltó unas palabras:

- Que gran verdad, se fue y no volverá, y ahora es nuestro vecino, ellos dos en el cielo y nosotros en la tierra. Visitamos lo más bonito de las costas... Y ahora desde el centro del Océano quiero afirmar que, como un molino, la vida puede dar la vuelta en cualquier momento. 

   Nicole se quedó sin palabras, llorando sobre el hombro del apuesto joven, y se miraron, se cogieron de la mano y se sentaron a la par en el suelo, discutieron varios temas como, que hacer, a donde ir, como reaccionar... Pasaron los días, las semanas, los meses y los rostros de los dos jóvenes no cambiaban, como el amor pasa de ser iluminado a la oscuridad de un día para el otro. 

Finalmente, como vieron que no se recuperaban de la angustia, los dos, se ataron en los tobillos unos bloques de acero, se colocaron de tal forma que podían verse reflejados en aquellas aguas tranquilas, y a la cuenta de tres, de la mano se tiraron al mar. Mientras se iban hundiendo, veían dejar el velero arriba, al igual que vieron como sus amores se fueron al cielo.

      "Como gira la vida, ayer éramos felices y hoy ya no somos nada, como un molino o como nuestro timón, no siempre tendrá el mismo rumbo pero solo cuando deje de girar, nosotros dejaremos de vivir, y con el velero sobre este mar lleno de vida, nuestras almas muertas ya no pueden dar más vueltas, y con estos bloques de acero, nos acercaremos a ellos, esperarnos ahí arriba"





La muerte sobre tus labiosKde žijí příběhy. Začni objevovat