29. Un lugar seguro.

Start bij het begin
                                    

—entiendo que lo que estoy pidiendo es demasiado— se detuvo unos segundos —, pero no puedo permitir que ellos lleguen a ustedes, es mi única oportunidad de mantenerlos a salvo.

—¿a salvo?— el muchacho parecía preocupado.

—ellos vinieron a matarlos, no voy a dejar que lleguen a ustedes.— Peter negó con la cabeza.

—¿cómo planeas hacerlo?

—quiero hablar con ellos, hacerlos entrar en razón de que lo que están haciendo está mal.

—¿cómo vas a detenerlos si su misión es acabar con nosotros?— Peter hablaba con voz temblorosa —Tony había dicho que todas las elecciones que hacías estaban siempre de alguna manera u otra conectada a tu misión de ayudar a la Tierra, ¿cómo podrías estar segura de que el ellos van a detenerse?

Lea guardó silencio, sabía que Peter tenía un punto, era bastante seguro de que sus Hermanos siguieran al Universo antes que a una de los suyos que los había abandonado por Tierra.

Presionó sus labios levemente y Peter Parker soltó una risa un poco irónica. Se levantó de la cama y abrió su armario, sacando del fondo de éste un traje rojo y azul, el que Tony le había armado.

—¿qué vas a hacer?— preguntó la muchacha.

—Lea, sé que queres ver mis abdominales, pero no puedo, soy respetuoso con las mujeres.— comentó levantando una ceja.

—Peter, hablo enserio.

—voy a ayudarte. No pienso quedarme oculto de todo esto, tengo que hacer algo.— Lea se levantó de la cama, colocándose enfrente de él.

—¿y May?— preguntó un poco molesta —¿vas a dejarla en manos de mis Hermanos para que muera de la manera más cruel?

—no.— susurró, ahora permanecia serio, y aunque no quisiera admitirlo, Lea lo había dejado sin ningún comentario o chiste. Ella tenía razón.

—los dos van a preparar sus cosas lo más rápido posible, van a llevar sólo lo necesario y vendrán conmigo a Wakanda.

—¿Wakanda?, ¿cómo?— Lea negó con la cabeza.

—tenemos que irnos, ahora.

El muchacho asintió con un poco de duda antes de salir del cuarto con rapidez, haciéndole una pequeña seña.

Lea volvió a la sala donde May permanecía sobre el sillón leyendo una revista de tendencias. Peter había ingresado al baño del departamento para seguramente colocarse el traje.

—señora May— su voz tembló, y por un momento quiso guardar silencio —, debemos irnos, ahora mismo.

—¿qué?— la mujer dejó la revista a un lado en el sillón —¿por qué? ¿qué está pasando?

Y como respuesta a su pregunta, el edificio tembló bajo sus pies. Lea abrió los ojos bien grandes, sorprendida, pero aún sin comprender. Caminó un par de pasos hasta May que miraba a todos lados con miedo, pero antes de llegar a ella, la pared que daba al parque enfrente del edificio, explotó.

Los ladrillos comenzaron a caer envueltos en llamas, y May gritó de terror. Lea corrió hacia ella y la tiró al suelo y se colocó encima, mientras todo comenzaba a arder entre un polvo blanco que caía sobre ellos.

Podía escuchar más gritos afuera, pero su prioridad era May. Cuando cesó la explosión totalmente, se levantó, tomando rápidamente a la mujer.

May parecía no reaccionar, su rostro permanecía cubierto en cenizas grises y miraba confusa a la muchacha.

—¡hay que irnos, Lea!— Peter apareció por el pasillo que aún se mantenía en pie.

Daughter Of The War. [Steve Rogers]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu