VI (coronación parte 1)

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Y llegó el día.

Hoy es la coronación, básicamente como una boda humana.

Obviamente toda la manada estará presente, y los nervios se intensificaron hoy al despertar.

Después de desayunar, iría con Zafi a comprar un vestido. No quería nada muy exagerado, así que no me preocupé por la anticipación.

En este momento, estoy en la cama con un par de brazos que me usan de almohada. No quise despertar a Alex así que lentamente cambié mi cuerpo por una verdadera almohada, se removió un poco pero no tuvo problemas en volver a su sueño.

Fui al baño, me peine un poco para no estar con el look de recién levantada tan obvio y bajé a preparar el desayuno. No acostumbro a dejar que Alice, la mucama, haga todo por mi, ya bastante tiene la pobre con todas las personas de alto rango que hay en la casa y con su ayudante, Liz, no alcanzan a hacer todo.

No soy una master chef, pero se cocinar alguna que otra cosa.

Preparé unos panqueques, algunos con nutella y otros con frutas, dos jugos de naranja, pensé en Alex también y café con una gota de leche, como se que le gusta. Yo por mi lado me conformaría sólo con mi jugo.

Coloqué todo en una bandeja y subí, cuidadosamente, las escaleras.

Hice muchas maniobras tratando de abrir la puerta, porque por ahora no tengo el súper-poder de los camareros de sostener la bandeja en una mano, a mi no me durarían ni un segundo las cosas en el plato porque la ley de gravedad me llamaría. Mi cerebro funcionó correctamente y decidí dejar la bandeja en el piso y abrir la puerta.

Tomé la bandeja nuevamente y al entrar en la habitación cerré, tratando de no hacer ruido, la puerta con mi pie derecho.

Caminé hasta la cama y deja la bandeja sobre esta, mientras me concentraba en despertar a mi compañero.

—Alex —lo moví suavemente— Alex, cariño despierta— lo moví un poco más.

Mm... Giuli. —Enrojecí.

¿Acaso está teniendo un sueño húmedo?

¡Oh! —gimió, yo no podía  más, solté una carcajada sonora, despertando a Alex. El me miró un poco adormilado y cuando se dio cuenta, abrió los ojos como platos y se sonrojó levemente. — Buen día, amor —yo reí y lo besé.

—Buen día, soñador. —dije y una sonrisa pícara se asomó por sus labios.

—Ten cuidado, nadie dijo que sería sólo un sueño. —se acercó a mi peligrosamente, ahora yo me sonrojé y el rió.

—Ya, te traje el desayuno. —giró su vista hacia la bandeja y sonrió ampliamente.

—Gracias princesa —puso la bandeja entre nosotros corto un pedazo de panqueque y lo acercó a mi boca— come —yo sonreí y le obedecí.

Repetí su acción y ahora el degustó mi "obra de arte".

—Mmm... Está delicioso, ¿desde cuando cocinas tan bien? —reímos y le golpee el hombro con cariño.

—Desde que le pongo amor —su sonrisa se ensancha. Por la diosa, esto ya es muy cursi.

—¿Le pones amor para mi? —pregunta y pongo los ojos en blanco.

—Todo lo que esta relacionado contigo tiene mi amor —respondo sin pensarlo un segundo.

Me pregunto cómo es que el tiempo pasa tan rápido, no me imaginé  y nunca hubiese imaginado de pequeña que podría decirle eso, a quien era mi mejor amigo. Con una mano, Alex quitó la bandeja de la cama y la dejó en el suelo.

Aprovechando, nos acercamos y disfrutamos del beso más expresivo que tuve alguna vez. Pero también sentía que necesitaba más. Más que sólo un beso.

Nos empezamos a arrodillar en la cama y el sólo estaba en boxer, así dormía, en cambio yo tenía puesto mi pijama que no era nada fuera de lo común.

—¿Sabes? —lo miro—. Me siento en desventaja. —Dijo entre besos y se separó para sacarme la camisa del pijama.

Quedé en sujetador, y por un momento sentí la necesidad de taparle pero él me lo impidió. ¡Diosa Santa! ¡Pero si es un sujetador de conejos!

—No te tapes, eres perfecta.— sonrió al ver los dibujos. Mis mejillas estaban completamente encendidas.

Seguimos basándonos y en un momento yo ya estaba debajo suyo con la respiración agitada.
Lentamente fue bajandome el pantalón del pijama.

Cuando me encontraba sólo en  ropa interior, yo ya me sentía desnuda, el recorrió todo mi cuerpo con su mirada mientras sus ojos cambiaban a un negro aún más oscuros de lo normal, con cierto brillo lujurioso.

—¡Ey tortolitos, despierten! Giuli debemos comprar tu vestido. —se escuchó la dulce voz de Zafira, que ahora me parecía una voz insoportablemente molesta. Pero debo admitir que me salvó, porque estaba bastante asustada de hacer algo mal.

—Debo ir —. Dije a Alex, el soltó un gruñido muy sonoro y me dio un últimos beso antes de salirse de encima mío. —¡Ya voy! —grité a mi amiga.

Me levanté y me dí una ducha, al salir me vesti casual y por último me dejé el cabello suelto. No me puse maquillaje, no me sentía comida con el.

Salí de la habitación y Alex no estaba, supuse que se había ido a resolver asuntos de la manada o algo sobre esta noche. Le resté importancia y busqué a Zafi.

La encontré en la cocina y luego de un pequeño regaño de mi parte por interrumpir mi momento, nos fuimos para el centro a comprar los vestidos.

***

Llegando a la tienda me encontré con una sorpresa, nunca fui muy buena decidiendo.

Los vestidos eran todos hermosos y...
Esto será difícil.

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Sexto capítulo

♡30/08/2016♡

Te Amaré Por SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora