Invisible Whispers II

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Parte II}

-Que tenga un buen viaje y que la suerte irlandesa lo acompañe. Gracias por preferir The Script Gas Station – dije a un señor de apariencia latina que en señal de agradecimiento levantó su gorro y luego siguió su camino en su Toyota dorado. Cuando iba saliendo el vehículo a la ruta de la carretera, junto a él, pero en sentido contrario venía caminando Ron. No pude evitar sentir explosiones de emoción en mi estómago. Traía consigo el poncho que le entregué ayer y venía caminando junto a su bicicleta a medio abollar.

- Hola ___ - dijo saludándome con un beso en la mejilla y su fría piel me transmitió un escalofrío que recorrió toda mi columna vertebral – te dije que vendría – miré la hora en mi celular y eran las 2:55 AM, más o menos la misma hora en la que apareció ayer.

- ¿Cómo llegaste? ¿Viniste caminando? ¿Por qué traes la bici abollada de nuevo?

- No iba a dejar mi bici botada por allí – la apoyó en la pared.

- Sigues helado como un tempano, ven, prepararé unos cafés y luego iré a reparar una chatarra a la cochera. Si llega alguien a la estación de servicio, tocarán la campana de allí para avisar.

- Me pasas la tuerca n° 12 – dije mientras estaba bajo el auto, arreglando unos desperfectos que hacían que botara aceite. Ron se agachó y me paso lo que le pedí. Una vez que la coloqué, me puse el casco para soldar y empecé a usar el soplete.

- ¿Vives por aquí  también?
- Si, vivo en un departamento en los suburbios de la ciudad
-¿Sola?
-Bueno, con Trébol
-¿Por qué eres tan solitaria? – Me tomó por sorpresa. Siempre he sido solitaria y todas las personas que me conocen lo saben pero jamás alguien había sido tan directo. Me deslicé por el piso para salir de debajo del auto. Ron me extendió la mano y me ayudó a levantarme, me saqué el casco y dejé el soplete encima de la mesa.

- Nunca he sido muy sociable. Desde chica pasaba en la gasolinera ayudando a mi padre, la pasábamos muy bien juntos. No tuve la oportunidad de interactuar con otros niños y niñas sino hasta que entré al colegio y mi timidez siempre me ganaba – dije con un tono medio melancólico.

- ¿y tu corazón?

- oh está muy bien, allí, en mi caja toráxica latiendo – dije irónicamente a lo que Ron respondió con una risa contagiosa capaz de levantarle el ánimo hasta a alguien de luto- he tenido ciertos "romances" pero nada serio o que valga la pena compartir. Digamos que Cupido me tiene entre ceja y ceja en su lista de "Forever Alone"

- No digas eso, ya aparecerá esa persona especial. Solo tienes que esperar - ¿es que es real que alguien tenga ojos azules tan intensos como los de él? – Tienes un poco de grasa en el rostro – Me llevé el dedo índice al rostro y comprobé que lo que decía era cierto – deja, yo te limpio – con una mano sostuvo mi rostro y con el puño de la manga de la otra mano empezó a limpiar lentamente la zona sucia. Era tan extraño todo esto, sentía que él estaba y a la vez no estaba allí. Pareciera todo tan realmente irreal.

- gracias. Ron tengo una pregunta que desde anoche la tengo dando vueltas en la cabeza...

- Soy pelirrojo natural , lo juro – solté una carcajada
-no, no es eso. Rob, ¿por qué anoche me dijiste que necesitabas mi ayuda? – Al fin pregunté expectante
- te necesito porque tú eres la indicada- dijo seriamente- ¿Me acompañarías a la reserva nacional Brighless?

-¿El parque nacional Brighless? Son miles y miles de hectáreas de verdes, altos y frondosos árboles. Queda a unos pocos kilómetros de acá, en el valle; lo que pasa es que la carretera pasa por la montaña Wisminger. ¿No mencioné que en estos momentos estamos a unos 2000 m de altura?

- ¿a Brighless? No lo sé, es de difícil acceso, queda en el valle y toma tiempo llegar allá. Trabajo todas las noches y mis tiempos libres los aprovecho para repasar materias o dormir. – Me miró con una mirada un tanto triste- no pongas esa cara que me deprime. Te prometo que iré contigo allá, pero por ahora me es imposible.

- está bien – dijo con voz calmada y tierna.

Cada noche Ron llegaba con su bicicleta a medio abollar a hacerme compañía en la gasolinera, nos preparábamos un café y me ayudaba a atender a la gente o a arreglar algunos autos. Más de alguna vez me ayudó a estudiar para los exámenes o a bañar a Trébol. Cuando no aparecía ningún vehículo y no tenía trabajo por hacer en el taller nos sentábamos horas y horas a conversar; no necesitábamos ir al cine, la playa, un pub, un concierto o recorrer una multitienda para pasar un buen rato juntos. Cada noche que pasaba descubría nuevas cosas sobre él: le encanta comer, le obsesionan las oreos, y toca muy bien la guitarra; y cada segundo con él hace que mi corazón lata más y más rápido de la emoción.

- Ahora, en Febrero, Venus es el planeta que más se nota en el cielo – dijo Ron apuntando a un luminoso lucero en la estrellada noche – ¿la vez? – Asentí. Ambos estábamos acostados entre el capot y el parabrisas del auto, mirando el cielo. – Busca una estrella que te guste – lo miré extrañada y luego volví a mirar hacia arriba.

- Me gusta... - me puse a observar- esa bien luminosa, junto al cinturón de orión. ¿Por qué? – Ron tomó mi mano y la beso
- Cuando estés sola y yo no esté, sólo mira a esa estrella y sabrás que siempre estaré allí protegiéndote. Siempre - rodeé mis ojos

- ¿Esa es tu táctica para conquistar mujeres, Ron? – Dije en tono de broma
- No. Jamás le he dicho eso a otra persona – lo miré directo a los ojos y destellaban azul. Ningún músculo de la cara se movía, hablaba seriamente.- de verdad te protegeré siempre- Me quedé muda, sin saber que responder. Él se acercó más a mí, me abrazó y me dio un beso en la frente. Yo cerré los ojos y lo escuché decir- ¿Cuando irás a Brightless? Hay un lugar hermoso, cerca de la laguna Lough Ree, llenó de altos y frondosos árboles y en especial, cerca de donde empieza a nacer la colina Bluck hay un campo de flores de tallo alto, donde descanso.

- ¿tu lugar de descanso?, debe de ser muy relajante entonces... que ganas de ir allá contigo a despejarme de todo. Pero no podré hasta las vacaciones de primavera – Ron me volvió a besar la frente
- cuando estés lista, búscame – le sonreí y me sonrió con sus hermosos , perfectos y blancos dientes

- te buscaré e iremos

Yo no sé como describirlo. Pero desde que Ron apareció en mi vida siento que fue como un regalo caído del cielo, y no lo digo por exagerar las cosas. Es el primero y al único a quien le he abierto mi corazón, le he conversado todo sobre mi y no se aburre de escucharme cada noche. Si estoy deprimida solo basta su contagiosa risa para subirme el ánimo o unos simples acordes de guitarra y su angelical voz para dormir una siestita cuando la cosa anda floja en la gasolinera. Cada vez que me roza o hacemos contacto visual no puedo evitar sentir un apretujón en la guata, y es que él es tan especial, tan único que pareciera que todo esto no fuera real. A pesar de que en abril comienzan a salir las flores primaverales, hoy hacía mucho frio. Estaba junto a Ron arreglando un Volkswagen amarillo. Sentí un impulso. Algo en la conciencia que me venía dando vueltas desde hace unas semanas. ¿Nunca les ha pasado que tienen algo en la Oops! de la lengua pero la boca no les deja decirlo? Como si estuviera sellada.

- Ron, estoy enamorada de ti – dije dejando de apretar el tornillo para afirmar el espejo retrovisor, sentada en el asiento del copiloto, mientras que él sentado en el asiento del conductor, dejó de ajustar el manubrio. Se quedó en silencio con la vista fija en el medidor de kilómetros – genial – dije sarcástica- ahora arruiné nuestra amistad – me dispuse a bajarme del auto, abriendo la puerta y sentí que Ron tomó mi muñeca

- Espera, no, no arruinaste nuestra amistad – su mirada lucía preocupada – no sabes cuánto te amo y lo importante que eres para mi, de verdad que no lo sabes pero no podemos estar juntos.

Imaginas { RON WEASLEY Y TU } Where stories live. Discover now