-Capítulo 1- En Búsqueda de la Venganza

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Una mañana cualquiera en el Festival Primigenio, un evento que sólo sucede cada 1000 años, ese día, fué el más oscuro de toda mi vida... Junto con mi padre... Ezean Kuuya, Supremo Primigenio Agua, él tenía la esperanza en mí de que yo fuera su sucesor, y el siguiente Supremo Primigenio Agua... Pero todo cambió cuando una tropa de Soldados Sombra atacó...

Hane, corre... ¡Escóndete! -dijo mi padre mientras me bajaba de sus hombros y me empujaba suavemente-

P-Pero papá, ¿qué pasará contigo? -dije con algunas lágrimas en mis ojos-

¡Sólo vete Hane, estaré bien! -dijo rellenando su mano de energía acuática-

Sin previo aviso una Bomba Sombría cayó en frente de mi padre, afortunadamente no sufrió daños, yo sin pensarlo salí corriendo a esconderme dentro de una casa mientras veía a la gente corriendo, gritando, y las Bombas Sombrías destruyendo todo lo que su onda expansiva dejaba...

Papá... No te mueras -dije con lágrimas en mis ojos y con la voz quebrantada por el llanto-

Mientras las cortinas de humo generadas por las bombas desaparecían mi padre por lo que veía estaba muy nervioso como si supiera lo que fuera a pasar, lo sé por su bola de agua que tenía en su mano derecha estaba oleando, no estaba estable y lisa como solía verlo mientras entrenaba en el Coliseo Ancestral

De entre las cortinas casi invisibles de humo, estaba el Supremo Primigenio Dragón, Dracon Rekaw... En cuanto Dracon aparece de entre el humo le lanzó una mirada fría a mi padre, luego de eso mi padre unió sus dos manos las extendió y... Pasó lo peor...

Ezean Kuuya... El más fuerte de la Orden Primigenia... Después de mi, por supuesto -dijo Dracon con los brazos detrás de la espalda con las manos tomadas-

Sin previo aviso mi padre empezó a lanzar ráfagas de Hidropulsos casi que infinito después de todas las olas generadas, Dracon parecía casi intacto luego de esa potente ráfaga, en ese momento me dí cuenta, que mi padre no era el más fuerte de la Orden Primigenia

¿En serio Kuuya, es todo lo que puedes hacer? -dijo acercándose lentamente a Ezean-

Lo que sea que quieras, no estoy involucrado... -dijo Ezean-

Esta vez no te salvarás Kuuya... Investigué acerca de esto, y los resultados apuntan que, ¡TÚ! -dijo apuntando a Ezean-

¿Que yo qué? -dijo Ezean viendo a Dracon algo extrañado-

Si Kuuya, TÚ, eres quien según las escrituras Delta, se rebelaría contra la Orden y la derrocaría hasta al más insignificante miembro... -dijo enojado-

¿Hablas del Caballero Rojo? ¡Yo sería incapaz de hacer algo como eso Dracon! -dijo Ezean-

¿!Entonces por que las Escrituras Delta dicen que un Supremo Primigenio se rebelaría contra la orden y la exterminaría!? -dijo Dracon furioso-

¡Lo dije una vez y lo vuelvo a decir, sería incapaz de rebelarme contra la orden de tal manera! -dijo Dracon-

¡Cállate traidor! -dijo Dracon acercándose muy rápido a Ezean y clavándole una Garra Dragón en el pecho a Ezean-

Cuando ví eso, estallé en llanto, no quería verlo así, entonces me puse en posición fetal y empecé a soltar lágrimas como si mis ojos fueran cascadas. No supe que pasaba allá afuera, sólo oía como si estuviera en la lejanía, como mi padre tosía mezclado de mis gemidos y mis llantos fuertes

Luego de eso han pasado 10 años y la Orden Primigenia me dijo que me uniera, pero yo me abstuve a estar dentro de la orden, sobretodo por mi trauma de la infancia...

Ketsueki SeibunWhere stories live. Discover now