~ Capítulo 5. ~

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Después de caminar un buen rato por la plaza con Josh, decidí ir a "casa".

Camine por las calles mirando algunos puestos y tratar de entretenerme con otras cosas.

Una tienda de mascotas llamó mi atención. Había un cachorro de pelaje blanco al otro lado del cristal, donde había un pequeño cartel con las palabras escritas "se regala."

Lo mire por última vez y Seguí caminando directo a la casa donde me estaba quedando.

♦♦♦

Llegue a la mansión y trate de entrar en silencio por la puerta que había en la cocina. Mire el reloj de la pared, este marcaba una pasada de las seis.

-buenas tardes, señorita.-me di la vuelta asustada por la repentina voz a mis espaldas.-se le ofrece algo.-

-he... No, estoy bien.-hable mirando a la chica, ella me miraba desconfiada, era normal, esta mañana sólo las vi, jamás nos presentamos.

-bien, no la he visto en esta casa así que le pediré que se retire.-

-¿disculpa?-pregunte incrédula.

-salga de la casa, por favor. Si no lo hace llamaré a alguien para que la saque.-

-no hay necesidad.-Leonardo llego y me rodeo los hombros con su brazo derecho.-ella es mi esposa.-

La chica me miró incrédula, he hizo una pequeña reverencia.-lo lamento. Le pido disculpas, señorita.-tras disculparse, salio de la cocina son decir algo más.

Tome la mano de Leonardo y la alejé de mi para poder salir de ahí.

Él me siguió, y al ver que no estaba dispuesta a detenerme, me sujeto del brazo.-espera.-

-¿que?-

-¿dónde estabas y con quién?-

Me solté de su agarre y dirigí mi mirada a él.-no te importa.-

-oye no.... Mira tenemos que hablar, no podemos estar peleando cada vez que nos vemos.-

-¿quieres un matrimonio perfecto?-

-si... No... No, mira, sólo tenemos que hablar.-

-¿pero hablar de que?-

-sobre... Nosotros.-

-si claro.-

Él me miró molesto.-¿ves? Intento arreglar las cosas contigo pero no quieres.-

-¿por que la culpa es mía?-ahora la molesta era yo.

-es por que... Ha, no tengo que darte explicaciones.-

-¿claro, no? Tú no me puedes decir nada ni mucho menos darme explicaciones, pero claro, yo si tengo que decirte donde estaba y con quien, si tú no confías en mi, ni me dices lo que quiero saber, tampoco yo confiaré en tí ni te diré nada.-dije molesta y subí a la habitación azotando la puerta.

— Leonardo.

Después de que la servidumbre llego, Abigail prefirió salir de la casa, no entiendo el por que.

MI ENEMIGO, MI ESPOSO. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora