Parte 4

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Estaba reclinada a la salida de los juzgados esperando por mi inversión. La rubia salió con unos pantalones vaqueros negros que se ajustaban a sus piernas y una camisa roja de cuadros sin mangas sobre una camiseta de un grupo de rock. Gritaba bollera desde lejos ese look y reprimí una sonrisa mientras se despedía del abogado que había contratado para ella.

-¿Clarke?-Me acerqué a ella.

-No necesitaba que me pagaras nada.-Espetó poniéndose unas gafas de sol.

-Tampoco lo has rechazado.-Ladeé la cabeza.

-Mmm...-Se encendió un cigarro.-¿Se supone que ahora estoy en deuda contigo?

Lo estaba, pero no las tenia del todo conmigo. No iba a dejar algo importante en manos de una delincuente de poca monta por muy bien que conducencia.

-Solo dime una cosa antes. ¿Por qué robaste un taxi?

-Me lo pidieron.-Se encogió de hombros.-No suelo hacer muchas preguntas. Y de no ser por ti no me habrían pillado, así que tu deuda conmigo esta saldada.

Acababa de destrozar en segundos mi plan para que me debiera un favor. Me gustaba su actitud, tenia que ponerla a prueba, debía ofrecerle algo para que aceptara.

La seguí cuando empezó a caminar hasta una Indian en la cual había un casco colgando y una chaqueta.

-¿Es tuya?

Me miró divertida montando y poniéndose la chaqueta.

-Debes querer morir si tocas una moto que no es tuya.

Sonreí.

-Te pagaré por conducir para mí.

-Thunderstruck, yeah, yeah, yeah, tunderstruck, thunderstruck, thunderstruck whoa baby, baby, thunderstruck you've been thunderstruck.

Ya era mediodía, el sol quemaba así que tan solo iba con mis botas unos boxers y una camiseta de tirantes que había tomado prestada del interior de la casa. Como los dueños no habían aparecido investigué un poco, que manía tenia la gente de dejar un juego de llaves bajo las macetas.

La casa era de una adorable anciana viuda según había apreciado por las fotos, decoración y la ropa de los armarios. Aproveche para darme una ducha y tomé prestado también del garaje unas cuantas herramientas polvorientas para trabajar en mi moto.

-Recuerdo la primera vez que te escuché cantando esa canción.-Ni siquiera miré a Lexa cuando por fin se levantó y salió del coche.-¿De donde has sacado eso?

-De dentro.-Le di un trago a la cerveza que tenia en el suelo a mi lado.

-Claro, añadamos allanamiento de morada a la lista.-Refunfuñó.

Sabia que solo tenia que llevarla hasta los jodidos Ángeles, que ahí terminaba todo, sin embargo una parte de mí no quería que acabara el viaje. Pero estaba claro que lo haría y que ella se largaría con tipo ese y un montón de dinero a algún lado del Caribe.

-Tengo que ir al pueblo a por unas piezas.-Mentí.

-No sé como, te has cargado los dos transportes que teníamos.

-Por suerte hay un coche en el garaje.

-¿Y por qué no usamos ese coche para ir a Los Ángeles?

-No pienso robarle el coche a una anciana, ni abandonar a mi pequeña.

Entré al baño cuando Lexa se estaba terminando de duchar y empecé a lavarme las manos para deshacerme de toda la grasa del motor.

Route 66Where stories live. Discover now