Me había cabreado tanto al imaginarla con otra que quise hacerle un poquito de daño robándole lo más preciado para ella. Era una estupidez, Clarke me contagiaba su propia estupidez cuando estábamos juntas.

Hacer cosas improvisadas no era lo mio, todo debía seguir un plan. Un plan que había estudiado durante meses para que nada saliera mal, pero no contaba con sentirme celosa.

Habían pasado dos años y medio, pensaba que lo que alguna vez pude haber sentido por ella estaba ya más que olvidado.

Estaba oscureciendo, todos los vehículos me pitaban cuando pasaban cerca, alguno que otro se había detenido para llevarme pero... no era tan tonta para subirme en el coche de un desconocido y menos desarmada.

Una ranchera cambió bruscamente de carril y se detuvo ante mí cortándome el paso. Era Clarke, me subí sin rechistar y ninguna habló durante el camino, aunque me percaté de la sangre de su vaquero rasgado.

Nos desviamos por un camino arenoso, a lo lejos se veía una casa rural. Cuando llegamos fui la primera en bajar y llamé a la puerta en busca de hospitalidad, sin embargo no parecía haber nadie en la casa.

Clarke había bajado la moto del coche y estaba desmontándola allí mismo. Quitó las alforjas y el asiento y los dejó en el maletero del coche.

Estaba tan sexy con las manos llenas de grasa y concentrada en aquella Indian.

No había sido buena idea pedirle ayuda, pero sabia que con ella tendría más oportunidades de llegar a Los Ángeles que si lo hacia por solitario, no era justo meterla esto.

-Creo que debería continuar sola el viaje. Cuando llegué a mi destino te enviaré el dinero al taller de Raven.-Dije abriendo la puerta del coche. Clarke se levantó sacando su arma y disparando a ambas ruedas.-¡Joder!-Cerré de un portazo.-Me podrías haber dado.-Fui a encararla.

-No me vas a volver a dejar tirada.-Espetó.

-¡No lo hice!-Extendí las manos.-Así que deja de culparme de una maldita vez por tus errores.

-¿Mis errores?-Frunció en ceño.

-¿Por qué no te fuiste? Te he visto largándote de un trabajo por un retraso de escasos segundos. ¿Por qué me esperaste?

-Porque soy idiota.-Dijo con rabia.

-Lo eres.-Negué.-Joder Clarke tendrías que haberte ido.

-Yo no soy como tú, yo no abandono a mi gente.

Estábamos discutiendo acaloradamente, y en esos momentos era en los que perdía el control de la situación.

-No tuve otra opción.-Me defendí.

-Siempre hay otra opción.-Me reprochó.

-No la tenia.

-¿Por qué eres tan mentirosa?

-No te estoy mintiendo.

-Pues explícamelo.

-Piensa lo que quieras Clarke.

-Me lo vas a contar,-Me cogió de la muñeca con fuerza, por encima de las manillas.-y espero que sea creíble.

-Suéltame Clarke me estas haciendo daño.-Gruñí entre dientes tratando de deshacerme de su agarre.-Te he dicho que me sueltes.-La empujé alejándola.

Me agarró de la mandíbula con fuerza y metió su lengua en mi boca. La sacó a tiempo antes de que la mordiera y fue ella quien mordió mi labio inferior acelerando mi respiración.

Route 66Donde viven las historias. Descúbrelo ahora