Persiguiendo a la púnica princesa
A un hombre sedujiste, dios astado,
Un áspero animal al que ha prendado
Tu olímpico pasar por su dehesa.Tu efigie bajo un sol que nunca cesa
En la arena, a una danza abandonado,
Corteja, femenino y afectado
Por la doble pasión que en su alma pesa.A tu viviente imagen le ha prendido
Llenas de espinas flores coloridas
Que arteras en su piel abren heridas.Sabiéndose mortal, disminuido
Ante ti, incapaz de enamorarte
Es con hierro que logra penetrarte.