Lauti no dejó de fruncir el ceño hasta que salimos y cuando lo miré para agarrar mis cosas, me miró más confundido.

— ¿Te vas a coger al dentista?

—No tarado, me chamuyó, pero es lindo ¿no?

—No me lo pareció, y seguro a Agustín tampoco.

—Lauti a veces no te entiendo, decís que disfrute del sexo y de la vida, pero cuando lo hago me recordas que está Agustín, vuelvo a él y pienso en nuestra relación y decís que no tengo que comprometerme, ¿estás seguro que no te viene?

—Quise cuidar tu relación, perdón por haber entendido que querías formalizar. —se excusó levantando las manos, rodé los ojos y empecé a caminar hasta su auto. —igual decidite cristiana, o te ponés con uno o disfrutas cómo se debe.

—Ya te dije que voy a dar el primer paso con Agustín, pero estaba jodiendo con el dentista, ahora me haces sentir culpable.

—Estaba intentando entender, nada más.

—Bueno anotá, voy a verlo a Agus el finde y formalizar, si de acá a dos meses todo va bien, entonces el año que viene me voy a Buenos aires.

—No estoy de acuerdo con eso...

—No me importa, voy a ir donde el viento me lleve, no donde vos creas que es mejor. —le dije y cerré la puerta cuando me subí al auto.

Agustín estaba más emocionado que yo cuando le dije cuál era mi plan, él pensaba de la misma forma y estaba de acuerdo con formalizar un poco más, aunque eso se significara ser exclusivos a pesar de la distancia

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Agustín estaba más emocionado que yo cuando le dije cuál era mi plan, él pensaba de la misma forma y estaba de acuerdo con formalizar un poco más, aunque eso se significara ser exclusivos a pesar de la distancia. Yo quería hacerlo, me gustaba la idea de tener a alguien asegurado y sobre todo me gustaba saber que contaba con una persona, que no sólo se preocupaba por mí, intentaba todo el tiempo llegar a más conmigo para ser ese que en realidad yo quería, y que sabía que no iba a tener.

Llegué a la conclusión que Lautaro era un capricho para mí, solamente nos habíamos acostado y el sexo fue buenísimo, pero con Agus también lo era y él por lo menos admitía que quería algo conmigo, sería estúpida si no lo valoraba.

Sin embargo, se sintió extraño el fin de semana con él, me encantó disfrutarlo pero la palabra que habíamos puesto era rara, trajo con ella una distancia entre Lautaro y yo que no me imaginaba que podía ser para tanto, empezando por el momento en el que conoció a Agustín después de tanto tiempo y lo trató literalmente mal, estaba en estúpido y ni siquiera ocultaba su inconformidad hacia él, lo cual me molestaba porque me ponía en una situación peor de la que estaba pasando Agus.

—Creo que va a ser mejor que nos vayamos. —me dijo al oído, miré a Lautaro del otro lado de la mesa con su celular ni siquiera prestándole atención a Víctor.

—Está bien.

Fui la primera en levantarme y organizar mis cosas, con la bronca expandiéndose en todo mi cuerpo por el poco respeto que había tenido Lautaro hacia mí.

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