Scott Reed

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Tres meses después...


El verano había concurrido como el pasar de hojas de un libro, primero más lento y, a medida que le vas cogiendo gusto, más y más rápido. A finales de julio, después de mi dada de alta en el hospital, había dedicado todos mis días a estar encerrada en mi dormitorio, saliendo de vez en cuando – y obligada por mis padres – a tomar el aire en el jardín.

Tras varias semanas repletas de visitas de Maggie esta logró sacarme de casa,para felicidad de mis padres. Desde entonces tanto Spiderman como Peter desparecieron de mi vida, para bien o para mal.

— ¿Y bien? – La profunda voz de Chris me hizo levantar la vista de la taza de chocolate.

— Perdona no estaba escuchando.

Chris serió, dejando a la vista una hilera de dientes blancos y perfectos.Este era compañero mío y de Maggie de la universidad. Era un chico alto, robusto y rubio de ojos azules, cuya piel bronceada llamaba la atención a estas alturas del año, siendo octubre uno de los meses más fríos.

— Chris te estaba preguntando por el trabajo de literatura inglesa – Dijo Maggie, recostada en el largo sofá granate y estrujando un cojín del mismo color entre los brazos.

Maggie nos había invitado a su casa a tomar chocolate caliente y a ver una película pero, por desgracia, su televisión había dejado de funcionar casi al comienzo del DVD.

— Lo estoy terminando – Le dije y sonreí ante su cara de sorpresa – ¿Tú.. no?

— No llevo ni una carilla – Todos estallamos en carcajadas y Scott le dio un codazo amistoso.

Solo estábamos los cuatro: Maggie, Chris Hefner, Scott Reed – el periodista – y yo. Scott era el primo de Chris y, después de quedar una tarde con nosotros por accidente, había pasado a formar parte de nuestro pequeño grupo de amigos, pese a tener –probablemente – un par de años más que nosotros.

— Voy a la cocina – Maggie se levantó del mullido sofá en un abrir y cerrar de ojos, rodeó con cuidado la pequeña mesa de cristal y atravesó el salón de puntillas, hasta pararse en el umbral de la puerta de la cocina – ¿Queréis algo?

— Yo sí – Chris la imitó y la siguió hasta la cocina.

Resultaba gracioso ver como Maggie se había tomado al pie de la letra el traer vestimenta "para estar por casa", dado que estaba prácticamente en pijama, y no uno cualquiera sino que... uno rosa y blanco de Hello Kitty con unos calcetines a juego.

Chris había venido lo más básico posible – como siempre – con un vaquero largo, una camiseta blanca y unas deportivas blancas.

Scott, sin embargo, llevaba un atuendo de lo más serio y formal. Un jersey negro, unos pantalones pitillos negros y unas botas que parecían formar parte del pantalón.... también negras. Lo único que resaltaba de él eran sus grandes y expresivos ojos color miel.

Yo, en cambio, llevaba un jersey de rayas marineras, unos vaqueros azules y unas botas de agua del mismo color. Todo eso sin olvidar el gorrito de lana, azul por supuesto.

— ¿Qué tienes pensado hacer después de la universidad?

Su pregunta me cogió más que desprevenida. Me aclaré la garganta con lentitud,aprovechando el corto espacio de tiempo para pensar mi respuesta. Lo miré de lleno, parándome – sin poder evitarlo – a observar sus ojos miel, rodeados por dos hileras de pestañas negras y largas que aleteaban regularmente, como las alas de una mariposa.

— Traductora – Respondí de golpe, atropellándome con mis propias palabras – Quiero trabajar de traductora en una empresa – Rectifiqué.

No me sorprendí cuando abrió la boca en señal de estupefacción.

Spider-manDonde viven las historias. Descúbrelo ahora