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Hoy era día libre. Día de parrillada del elenco y trabajadores. Estaba obligada a ir, varias personas me habían amenazado con que si no iba mi cabeza rodaría.

Estacione mi coche en un lugar libre del estacionamiento de la gran mansión de Robert, baje alisando mi vestido con las manos, me sentía nerviosa y un tanto intimidada. Todos llevarían a su pareja o familia y yo estaría ahí como un hongo solitario.

Solté un respiro de resignación y estaba a punto de emprender mi camino hacia la entrada cuando una voz risueña me llamo detrás de mí.

-Rose. –exclame, abriendo mis brazos para que la pequeña se acercara a mí, corriendo torpemente, la niña llego a mis brazos, la cargue y pude observar a Scarlett, su esposo y su hermano Hunter caminar hasta nosotras.

Les sonreí y salude efusivamente, ya que los conocía con antigüedad y de verdad me caían muy bien, Hunter sin duda era un hermano mayor para mí. Dominic, tomo entre sus brazos a la pequeña Rose y se adelantaron, Hunter paso un brazo por mis hombros y beso mi frente.

-¡Peque!

-Sabes que odio cuando me llaman peque o pequeña. –fruncí el ceño y cruce los brazos. El rio y me animo a caminar hacia el patio trasero donde todos estaban, unos sentados, otros un tanto alejados platicando y otros más cerca de la parrilla.

Estaba a punto de alejar mí vista de la multitud cuando lo vi, vestía un traje formal y una corbata azul y de su brazo colgaba una chica castaña con risos alocados. Pero lo que más llamó mi atención fue el hecho de que él ya me observaba.

Hunter llamo mi atención y aparte la vista de Sebastián. De hecho me mantuve lo más alejado posible de él.

Lleve la copa a mis labios y vacié el contenido de un trago.

-Peque calmada, el trago no se iba a ir a ninguna parte. –exclamo riendo Robert, le saque la lengua y tome la copa de Scarlett, también tomándola de un trago. –Wow. Por favor ya no le den más tragos, todavía no tiene edad para tomar.

Rodee los ojos, me levante un poco mareada, me disculpe con todos y me dirigí al sanitario. Me sentía bastante incomoda así que comencé a beber para sentirme más relajada, y bueno tal vez se me pasaron las copas un poquito de más.

Moje una toalla de papel y la pase por mi frente, cuello y nuca. Tenía que controlarme para volver a salir.

Abrí la puerta, no alcance a dar un paso fuera cuando choque con alguien. Alce la vista y lo observe, vaya esto era demasiado cliché.

Ninguno de los dos dijo nada, lo observe mal humorada, igual que el a mí.

-Ya no vas a beber más. –cruzo sus brazos por el pecho mientras hablaba, dirigiéndome una mirada desaprobatoria.

-¿Disculpa?, -me mofe de él, -Pero tú, -clave uno de mis dedos en su pecho, -no eres mi padre, ni nadie para mandarme.

-Soy tu amigo, Jamie, me preocupas. –dijo esta vez más relajado, me reí de él una vez más y lo aparte con mis brazos, no estaba dispuesta a escucharle otro discurso de amigos y blah, blah, blah.

-¿A dónde crees que vas? –Su mano en mi cintura me detuvo, -Estas borracha. –sentencio y me dio media vuelta hacia él. Arque una ceja y di un paso atrás.

-No te preocupes le diré a Hunter que me lleve. –Aleje su mano de mi cintura y pude notar como endurecía la mandíbula, sus ojos me miraron de nuevo exasperados, resoplo y dio un paso a mí.

-¿Está todo bien aquí? –la voz calmada de Evans, inundo mis oídos y di gracias al cielo por que llegara.

-Estaba por irme. –arrastre las palabras, sintiéndome de pronto mareada.

-Si quieres yo puedo llevarte, -se acercó más a nosotros, di un paso hacia él y lo tome del brazo, buscando apoyo sentía que en cualquier momento me desmayaría.

-Claro. –fue lo único que alcance a pronunciar, mire de reojo a Sebastián nos miraba con los brazos cruzados, cerré los ojos y deje que Chris me guiara.

....

-No estaba tan borracha. – susurre, terminando de maquillar su ojo morado.

-Pero por favoooooorrr –Robert alargo la última palabra riendo. –Si hasta te aventaste unos chistes muy buenos, -riéndose todavía de mí se paró de la silla, me lleve las manos a la cara, frustrada y avergonzada.

Sentí sus brazos rodeándome por los hombros y escondí mi cara en su pecho, ya que no podía llegarle ni al hombro, si era una enana.

-Si no me acuerdo no paso. –sentencie al momento de romper el abrazo. –De verdad que no me acuerdo de muchas cosas, solo a Chris llevándome a mi casa.

-Por eso dije, que todavía no tenías edad para tomar alcohol.

-y nunca la tendrá. –una voz dura y nada amigable hablo detrás de mí, las manos de Robert se apartaron de mi cintura rápidamente.

Suspire rendida y rodé los ojos.

-Nos vemos niña.- dijo Tony para después salir del camerino.

Sebastián se sentó y comencé a hacer mi trabajo, estaba a punto de terminar cuando el abrió la boca.

-Te llevas muy bien con Robert, ¿no? –cuestiono desinteresado, fruncí el ceño ante tal pregunta.

-Sí. –murmure secamente.

-Sabes que tiene esposa e hijos, ¿no? –No conteste a esa pregunta estúpida, todo mundo sabía eso, no sabía muy bien a que quería llegar Sebastián con eso. –Él es feliz con su familia, no necesita a una chiquilla...

-¿De qué mierda estás hablando? –cuestione confundida, acaso él estaba... él pensaba que yo y Robert..... Me aleje de él y lo mire como si le hubiera salió otra cabeza del cuello.

-Es que, lo siento, pero parecía que le ibas a saltar encima en cualquier momento... -no pude controlarme, mi mano choco contra su mejilla haciendo que su rostro se girara.

-¡Eres un idiota! -Le grite,- ¿Pero quién te crees que eres para hablarme así? –Lo empuje del pecho, el tomo mis muñecas entre sus manos y me acerco a su pecho.

-Cálmate, Jamie. –murmuro entre dientes.

-Suéltame, Sebastián. –grite, sus manos aflojaron el agarre en mí y me aleje de él. Los ojos se me llenaron de lágrimas, pero no estaba dispuesta a llorar frente a él.

-¡Perdón, llegue tarde! –el grito de Tom, me hizo apartar la mirada de Sebastián, Tom entro en el camerino, y como si Stan no existiera se dirigió hasta mí, beso mi mejilla y me abrazo.

Lo abrace de regreso, porque enserio necesitaba un abrazo y cuando nos apartamos, Sebastián no estaba más ahí.

-¿Estas bien? –cuestiono Tom, sacándome de mis pensamientos. Le sonreí.

-Claro, ahora a trabajar. –



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¡He aquí la segunda parte del shot! Espero les este gustando porque se va a poner mejor en el que sigue y tal vez haga uno extra. 

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 ¡Les quiero!

Little girl. | s stan | one shot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora