Con Sabor a Inocencia

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     Los pequeños niños rodearon la cintura del joven apenas le vieron en la puerta principal del colegio, sus risillas fueron como vocecitas angelicales para Liam. Le gusta oírlos porque así confirma que están bien, que les esta dando todo el amor necesario. Se puso en cunclillas y cómo pudo abrazo a los niños, arrugo un poco su nariz cuando los cabellos de estos le hicieran cosquillas, les beso sus frentes antes de ponerse nuevamente de pie y tomar la mano de Jackson y Lori, quienes siempre querían ir con él. Ian no tuvo más que sujetar a los hermanitos, no le gusta verse como un niñero, él era un adolescente temible, según.

—¡Tengo hambre Li!— quejo Andrew mientras tiraba de la mano del pelinegro, quien refunfuñó. Le agradaban esos chiquillos pero no la energía que poseían, eran gritones y corrían por todos lados. Aveces pensaba que su hermano los consentía un poco de más. —¿Qué comeremos hoy?—preguntó con una sonrisa amplia en su carita, Liam sabía que el rubio de ojos grises era el que tenía barriga profunda, aveces en su mente se preguntaba a dónde iba toda esa comida porque el pequeñín estaba tan delgadito.

—¿qué les parece hamburguesas?— las chillonas voces de los niños gritando eufóricamente no tardaron en escucharse, esos remolinos podrían considerar el mejor día de sus vidas por el simple hecho que comían esas deliciosas y grandes hamburguesas que preparaba Li. Los niñitos quizá podrían comerlas todos los días y no se cansarían. —bueno, hamburguesas serán— afirmó dándoles una sonrisa, de esas que le sacan suspiros a los pequeños. Rio cuando los niños asintieron como bobos e Ian rodaba sus preciosos ojos verdes, fastidiado por la actitud.

Llegaron al edificio donde prácticamente Zayn lo convirtió en su casa, los pequeños salieron corriendo por la que antes era una recepción ahora era un vestíbulo. Malik sonrió al ver esos bellos ojos miel de su bonito castaño, siempre le recibía cada día, esperaba que regresara bien con los niños. Liam soltó una risilla cuando sus niños atacaron al moreno, tomándolo desprevenido y Zayn podía culpar su distracción por la belleza radiante de ese hermoso joven.

—Hey, hey— burlo el mayor, les revolvió los cabellos a los niños mientras que a las dos pequeñas les pellizcaba ligeramente sus mejillas rojitas, estas suspiraron apenas les tocó el moreno. Igual que Liam, juraban que Malik era el hombre de sus sueños con quien se casarían cuando grandes y tendrían una familia, pero lo que no sabían es que ese hombre varonil le pertenecía a un chico de noble corazón. —¿cómo les ha ido? ¿Se han portado bien?— preguntó cálidamente, los gritos fueron su respuesta e Ian salió con dolor de cabeza, tenía confirmado que jamas tendría hijos y si los tendrían y estos eran igual de escandalosos seguramente les taparía sus boquitas con cinta adhesiva. Liam se acercó frotándose los brazos, sin esperar que su cuerpo fuera atrapado por el moreno.

—hola Zee— dijo en un tono tan bajito, le ponía nervioso tener esa presencia a centímetros de su rostro y su cuerpo estaba a nada de caer en los brazos de ese hombre. Zayn se atrevió besarle rápidamente quitándole el aire al chico, le encantaba robarle toques a esos exquisitos labios, a esos que nunca ha dejado pasar por desapercibidos por los suyos.

—bonito, te extrañe— murmuro en la mejilla rojita del castaño, le beso allí también pero esta vez rozando sus dientes para previamente morderle poquito su pómulo. Definitivamente quería comerse ese bonito niño, completo y no esperaba que día podría hacerlo. Le removió los cabellos rizados de sus ojitos precisos, quería verlos sin nada impidiéndole el paso y sonrío cuando ese brillo que tanto le gustaba le miraban tímidamente. —Sofía ha preparado la comida, solo esperaba a que llegaras con los niños— aviso dándole un apretón al cuerpo de su chico, otra vez escuchando los suspiros de los niños que les miraban fascinados, incluyendo la risilla infantil de Liam, haciendo que su cuerpo vibre y su ritmo cardiaco se acelere aún más.

Amor Callejero |Ziam|Onde as histórias ganham vida. Descobre agora