Parte 5

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Estaba siendo muy frío repentinamente. Antes se había comportado de manera tan humana que llegué a pensar que igual estaba empezando a sentir cosas, pero vi mis esperanzas descartadas otra vez. Subí a mi cuarto y me metí en la cama. Me quedé dormido enseguida.

A la mañana siguiente, me despertaron unos golpes en mi puerta.

- Lee, dos hombres han venido a verte.

Me vestí lo más rápido que pude. ¿Quiénes serían? No recordaba haber invitado a nadie, mucho menos de mañana. Bajé al salón y me encontré con dos sujetos vestidos con trajes negros.

- Buenos días, señor Lee – saludó uno -. Somos agentes del Estado.

- Hemos venido porque nos han llegado noticias de que usted está experimentando con robots sin el consentimiento del Gobierno.

- Bueno... sí, la verdad es que sí.

- En ese caso, no nos queda más remedio que retirar su trabajo. Ahora si nos permite...

- ¡Un momento! ¡No pueden retirarlo, es el trabajo de toda una vida!

- Lo siento, hable con la oficina si quiere recuperarlo.

Los dos hombres se introdujeron en mi sala de trabajo y sacaron todos los materiales y estructuras a medio construir. Lo metieron todo en un camión y se fueron. Cuando ya estaban lejos, me giré para mirar a Gaara, que seguía de pie junto a la escalera.

- ¿No te han reconocido?

- Parece que no – dijo él -. Mejor, no estoy dispuesto a servir al Gobierno.

- Bueno, por ahora estás a salvo, solo se han llevado un montón de trastos inútiles.

- Eso está bien, así ayudan a limpiar.

Reí levemente. De pronto, alguien irrumpió en la escena. Era un tipo de aspecto descuidado, que portaba una pistola en la mano. Un sombrero cubría su cara.

- Puede que esos imbéciles no se hayan dado cuenta – dijo -. ¡Pero yo no soy tan estúpido! ¡Dame ese robot, a no ser que quieras morir ahora!

- ¿¡Se puede saber quién eres tú?! – exclamé.

- ¿Yo? ¿De verdad quieres saberlo? – preguntó con furia -. Está bien, te lo diré.

El extraño se quitó el sombrero, revelando una cara pálida, rodeada por una larga cabellera castaña. Sus ojos, dos manchas blancas, revelaban furia.

- Mi nombre es Neji Hyuga, puede que hayas oído hablar de mí.

- Hyuga...

- Eso es, mi prima murió en la misma explosión que Gaara.

- ¿A qué has venido?

- ¿No es obvio? – preguntó -. Vengo a vengar a Hinata.

- ¿Y qué tenemos nosotros que ver en esto?

- ¿¡No lo ves?! ¡Gaara era el único novato en aquel experimento, él causó el accidente! Y si no puedo vengarme con él, lo haré con el que fue su persona más querida en vida.

- ¡Espera, Hyuga, esto es una locura! – exclamé -. ¡Ni siquiera sabes si fue Gaara el que lo hizo!

- ¡Silencio! – me gritó -. ¡Por supuesto que fue él, ¿quién si no?!

- Deidara – dijo Gaara de repente.

El Hyuga y yo miramos al robot. ¿Qué acababa de decir?

- No fui yo, fue él – repitió Gaara -. Él causó la explosión.

- ¡Tonterías! – exclamó Neji -. ¡Ese tipo era un científico desde hacía mucho tiempo!

- Lo oí murmurar algo de un arte y una explosión – siguió Gaara -. Cuando me di cuenta, ya era muy tarde.

- ¿¡Cómo puedes estar tan seguro?! ¡Ni siquiera estuviste allí!

- Sí lo estuve.

- ¡Demuéstralo!

- Tu prima, Hinata, estaba embarazada – dijo Gaara -. Sin embargo, no había querido pedir la baja todavía. Solo lo sabíamos la familia y unos pocos amigos cercanos.

- Tú... ¡No es posible, tú estás muerto! ¡Solo eres un robot, una copia!

- Lo sé, pero tengo todos estos recuerdos...

- ¿Gaara? – pregunté esperanzado -. ¿Eres...? ¿Eres tú?

- No lo sé, la verdad, puede que todo esto sea falso. Después de todo, no estuve allí, ¿no?

Hyuga enloqueció en ese momento.

- ¡Cállate! ¡Cállate! – exclamó, con los ojos desorbitados -. ¿¡¿Cómo puedes hablar así de la muerte de Hinata?!?

Disparó su pistola. Yo me metí en medio. La bala me dio en el pecho, cerca del corazón. Caí al suelo por el dolor. Oí a Hyuga gritar y salir corriendo. La vista se me nubló, estaba perdiendo mucha sangre. Hubo algunos ruidos más. De pronto, sentí una mano cogiéndome la cara. Era una mano humana, caliente y suave. También alcancé a ver un rostro borroso que me miraba desde arriba.

- Lee... Soy yo, Gaara... Estoy aquí... No te vayas, por favor, no me dejes...

Noté algo húmedo que caía sobre mi cara. ¿Gaara estaba... llorando? ¿Era aquel el robot que yo había construido? ¿O era el Gaara que yo había amado una vez? Después de eso, perdí la conciencia.

Kokoro (LeeGaa AU)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora