No Me Juzgues Pero No Me Dejes #FAwards #PNovels2016

Capitulo 11" El secreto más amargo"

Desperté desorientada y aturdida. Sentía un dolor intenso en el pómulo derecho, en ambas muñecas y en la comisura del labio. Un sabor fuerte y desagradable, se concentraba en mi boca, parecía que estuviera lamiendo una barra de hierro oxidado, pero era el sabor de mi propia sangre. Quise incorporarme cuando pensé que no podría controlar las naúseas y en ese instante fuí consciente de que el cinturón de un coche me lo impedía. Grité asustada, presa del miedo.

— Shhh Nora tranquila, tranquila, ya pasó...— no entendía , cómo ni cuándo acabé en el coche de Axel, hasta que vino a mi mente lo ocurrido antes de desmayarme.

Sin poder controlarlo mi cuerpo se puso a temblar y estallé en llanto sin desahogo. Me sentía avergonzada, sucia, una cualquiera. Esas bestias habían abusado de mí, no podía saber hasta qué punto, pues tras un duro golpe, perdí el conocimiento. Lo último que recordaba, era una voz lejana acercándose mientras yo, desnuda e inmovilizada, permanecía completamente entregada a los antojos de esos dos borrachos sin escrúpulos .

Rogaba a Dios que Axel no fuese esa voz en la oscuridad, que no fuese él, el que me encontró vendida a esos tipejos. Pero acababa de despertar en su coche, así que, ¿qué otra cosa podía ser?

Axel trató de calmarme y acercó su mano para acariciarme, pero ese simple roce tensó todo mi cuerpo y me puso en alerta. "¡No me toques!"

Nuestras miradas se cruzaron unos segundos y no me hizo falta preguntar nada. Sus ojos me hablaban, me estaban contando la inmensa lástima que sentía por mí... Él fue quien me sacó de allí, quien lo presenció todo y su expresión transmitía un terrible sentimiento de culpa que lo torturaba y desbordaba compasión por todos los poros de su piel. Me ayudó a salir de ese infierno, de eso estaba segura, pero lejos de sentir agradecimiento, sentía odio. Odio a lo ocurrido, odio a mi misma, y odio hacia él. 

Mi mundo se oscureció, mi cuerpo se contracturó ante tanto dolor, dolor del alma. No quería estar allí, no quería ser consciente de todo, no quería que nadie pudiese verme en el estado en el que me encontraba, ni tener que dar explicaciones del porqué de mis heridas.
— Nora — no le atendía— Nora preciosa tengo que llevarte al hospital a que te curen ese corte del pómulo.. Y llamaremos a la policía, esos mal nacidos tienen que acabar entre rejas !

Una sóla frase salió de mi en todo el trayecto.
— No se lo digas a nadie, no vamos a la policía ni a ningún hospital y por favor, no quiero ir a mi casa.
Después entré en shock. Me escondí en un mundo en el que me sentía a salvo.

Podía oír cómo Axel me hablaba, me rogaba que lo mirara mientras maldecía al universo, estaba tan desesperado por ver alguna reacción en mí...
Pero todo fué inútil, yo decidí encerrarme tras un grueso muro, imposible de atravesar.
Sólo así, con la mente en blanco, borrando todos los recuerdos que me atormentaban, conseguí apaciguar el fuego que me ardía por dentro y calcinaba mis entrañas.

Entramos en una parcela privada, atravesamos varios kilómetros,  rodeados de un jardín hermoso, repleto de rosales, magnolias, olivos, plataneros y limoneros, que nos abrían el camino hacia la entrada de una impresionante mansión, digna de un príncipe de la realeza moderna.

Axel bajó del coche y me abrió la puerta, invitándome a bajar. No podía reaccionar. Mi mente trataba de dar órdenes a mis piernas para que se movieran, pero mi cuerpo parecía una estatua rígida y fría. Incapaz de lograr que saliera por mi cuenta, Axel se acercó a mí y con tono suave y dulce me avisó de que iba a tocarme, que no tenía que asustarme de él. Me alzó entre sus brazos y me condujo hasta el interior de la casa. Como acto reflejo, mi barbilla tembló y de nuevo mis músculos se tensaron, pero no grité, no  fui capaz tan siquiera de quejarme por el dolor que provocó su agarre en mi cuerpo maltratado, no pronuncié una sola palabra. Me dejé llevar, apoyada en su pecho, con la mirada perdida en el vacío y lágrimas cayendo sin control.