Escribiendo Amor,Dibujando Odio || Karmagisa

¿Por que?

"¿Que demonios eres?!"

Me estremecí al recordarlo. Mire a mis manos, nerviosamente y solo pude ver el rojo líquido brotando, esparciéndose y a su vez tomando mi conciencia lentamente.

"¡Nee-chan! No te acerques a esa bestia"

—Nagisa, que...

"Monstruito~es hora de jugar"

Mire a Karma, en busca de ayuda pero solo pude encontrarme con una oscura sombra.

La habitación empezó a dar vueltas y el aire era pesado. Demasiado como para respirar.

Nagisa, Yo te protegeré. Yo los destruiré. Los destruire a todos.

—¿Nagisa..?—
—¡Dejame!— Grité, intentando alejar la oscura mano que intentaba tocarme, pero está, aunque con desicion, tomo mi mano con suavidad.

Una mano fría, pero extrañamente entrañable.

Todo empezó a aclararse. Mi respiración empezó a volverse más regular y poco a poco el espacio se llenó de claridad.

—Oye,oye ¿tanto me odias?—La voz de Karma, con un tono de burla, sonaba distante.

Aún no me controlaba del todo. Una parte de mi seguía en aque lugar.

—Ka-
—Claro que te odia—Fui interrumpido por Asano, quien abría la puerta de la habitación— Después de todo eres un asqueroso aristócrata. Deberías irte antes ensuciar el salón con tu presencia.

—No. No hasta que se resuelva la  pregunta que le he hecho a Nagisa. ¿Por que demonios todos lo tratan con tanto respeto y temor?

—Por que es nuestro jefe —Irina entro elegantemente al salón. —Aunque cueste creerlo el pequeño e indefenso uke con el que convivimos....— La rubia se acercó y me abrazó maternalmente. Susurrando algo en mi oído, una acción que para los otros dos fue solo un beso en mi mejilla.

—Tranquilo,ya estoy aquí,no hay que temer —susurro

Mi pecho se calentó con sus palabras pero mi mente no lograba alejarse del pasado.  De esta forma las palabras de Irina sonaban demasiado lejos,demasiado distantes.

- ....es el mejor asesino de Europa y Asia. Vice-director del grupo E, mano derecha del ángel de la muerte...

La mirada de karma se fijó en la mia. Solo podía observar sus dorados ojos. Mi visión, aunque más clara, aún estaba borrosa. La habitación seguía dando vueltas a mi alrededor.

—Serpiente.

Aquellos ojos dorados se abrieron como platos ante las palabras de Irina.

—¿¡QUE?!

Su sonoro grito se escuchó por toda la mansión y resonó en mi cabeza. Mis sentidos pronto reaccionaron ante el grito de Karma.

La habitación se quedó estática y todo pareció cobrar sentido.

Y fue ahí cuando ese sentido me arrolló como un tren.

No. No otra vez. . .

Genial. Ahora me tendría miedo como la mayoría de aquellos que me conocían como serpiente.