Capitulo 10.

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Fue muy agradable,Christian era una persona con quien le resultaba fácil hablar. Sin embargo, aunque Habia
abejas y pájaros, Anastasia era sobre todo consciente del encanto de Christian.

No le quedó más remedio que aceptar que nunca había considerado a un hombre de la manera en que lo hacía con Christian.

Le organizó el campamento con rapidez y eficacia. Anastasia  metió su maleta en la tienda más grande y, siguiendo las instrucciones de Christian, se hizo una cama cómoda que consistía en un colchón de aire, una buena almohada y un acolchonado saco de dormir.

Cuando la tarea hubo acabado, Christian se llevó las manos a las caderas.

-Tienes hambre?.

-No, ¿y tú?

-Nada. Vamos a pescar.

Mientras Christian  preparaba el equipo de pesca, Anastasia  entró en la tienda a cambiarse de ropa, empezaba a hacer calor. A los pocos minutos, salió con unos pantalones  cortos blancos y una blusa sin mangas.
Christian la miró y, al momento, le dio un bote de repelente para los mosquitos.

-Será mejor que te eches de esto.

-¡Oh! Quizá habría sido mejor que no me hubiera cambiado de ropa.

Él sonrió maliciosamente.

-No vuelvas a cambiarte, me gusta la vista.

Riendo, Anastasia  se puso el repelente por las piernas y los brazos.

-¿Por qué no le ponen a esto un olor mejor? -inquirió arrugando la nariz.

-Porque podría gustarle a los mosquitos -Christian  se aproximó a ella-. ¿Tienes un sombrero? Y también necesitas protector solar para la cara.

La mirada de él le recorrió el rostro.

-Eres preciosa. ¿Cómo crees que voy a poder concentrarme en la pesca con una chica tan guapa a mi lado?

-Cuando acabe de ponerme la crema en la cara, después del líquido éste, no vas a tener ningún problema, Christian.

-Los pantalones cortos te sientas muy bien. Tienes las piernas más bonitas que he visto en mi vida.

Anastasia  se aclaró la garganta. A juzgar por la expresión de Christian,
sospechaba que tenía otras ideas además de pescar truchas. Fuera lo que fuese lo que estaba naciendo
entre los dos, era excitante. Sin embargo, Anastasia  no quería ir muy de prisa.

-Vamos a pescar o vas a quedarte ahí admirando mis extremidades?

-No sólo tus extremidades -señaló él con una sonrisa sensual.

-Lo que quieras, señor Grey, pero te advierto que las truchas no están
esperando -declaró Anastasia  apartándose un paso de él-. ¿Cuál es mi caña?

-La gris y plateada. ¿Sabes utilizar la mosca?

-Hace tiempo que no lo hago, pero
creo que me las arreglaré.

-Veamos tu técnica.

Anastasia  comenzó a colocar el anzuelo.

-¿Así?

-No está mal. Bueno, ponte el sombrero y vámonos.

Pescaron cinco truchas de buen tamaño. Christian  las limpió y enterró las vísceras mientras Anastasia se lavaba con agua que había puesto en un barreño dentro de su tienda. El repelente para insectos olía tan mal que se inclino a desafiarlos.

Mi Primer Vals.(Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora