-Por si te lo preguntas, esta noche no puedo quedar contigo- me dice Aaron al otro lado del teléfono.

-No te lo iba a preguntar, tranquilo.

-Eso ha dolido- sé que ha puesto una mano en su corazón fingiendo dolor- ¿Sabes por qué no puedo?

-No me interesa...

Pero, antes de que pueda terminar la frase, habla- Voy a visitar a mi hermana al hospital.

Me quedo atónita- Oh. ¿En serio?

-Ahora sí que te intereso, ¿eh, guapa?- dice con voz interesante.

Ruedo los ojos.

-Oye, ¿por qué no te vienes conmigo al hospital? ¡Sí! ¡Será una gran idea! Así podré contarle quién eres y cómo te conocí.

-Pero ella está en coma- sueno confusa.

- Ya lo sé. Pero hay algunas personas que tienen la capacidad de escuchar a aquella persona que les habla aún estando en coma.

-No sé, yo...

-Oh, venga. Acompáñame, por favor- dice con voz de niño chico.

-Bueno, vale- oigo cómo aplaude.

-Te espero fuera de tu casa dentro de cinco minutos.

-¿Cinco minutos?- intento seguir hablando, pero me cuelga.

Estúpido idiota.

Corro hacia las escaleras tropezando con todo que tenga cerca. Abro el armario, no sin antes, darme un golpe en el pie. Caigo al suelo por el dolor y alcanzo el móvil con mi mano. Entro en su chat y le escribo.

"Cuando te vea, te mato".

Cojo lo primero que encuentro y me visto apresuradamente, de mientras que cepillo mi cabello y lo dejo suelto.

(...)

-No hacía falta ser tan bruta- dice aún rascándose la nuca.

-Te lo merecías- lo miro y veo en sus ojos que reclama una disculpa- Pero bueno, es verdad que soy un poco bruta cuando quiero. Así que, lo siento. ¿Contento?

-Estaría mejor si me dieras un beso- pone morritos con sus labios.

-En tus sueños.

-Sé que lo estás deseando, nena- ruedo los ojos con molestia.

Caminamos un poco más, hasta que me señala con la cabeza el hospital donde guarda cama su hermana- Aquí es- comenta.

Puedo notar cómo, ahora, su tono de voz ha pasado de ser alegre, a apagado. Parece notarlo, porque rápidamente, torna sus labios en una sonrisa.

Aaron empieza a andar rápidamente nada más entrar al hospital. Intento seguir su ritmo y alcanzarlo, cuando lo pierdo de vista. Giro hacia la izquierda, y observo que está dentro de una de las salas. Entro en ella y él voltea, indicándome que me siente en la silla de al lado.

Es ahí, cuando me permito observar la cama. Una serie de tubos de oxígeno se encuentran esparcidos por la cara de una chica de cabello rubio y rizado.

-Es preciosa, aunque ahora no puedas verlo con todos esos cables- me sobresalto al escuchar su voz.

-Lo suponía- le doy la razón- ¿Cuántos años tiene?

-Siete, siete pequeños años.

-Como mi hermano- intento no dejar caer ninguna lágrima.

-Hola otra vez, pequeña Aroa- le coje la mano a su hermana- Sé que, seguramente, no habrás escuchado ninguno de mis discursos todos los días que he venido a visitarte, pero, vale la pena, porque en algún rincón de tu corazón, sé que estarás escuchándome. Hoy te traigo a una chica. No es mi novia, todavía- ruedo los ojos divertida- Pero es una chica muy guapa y especial. Ojalá te despertaras y pudieras conocerla, te caería genial. Vengo otro día más para decirte lo mucho que te quería, te quiero y te seguiré queriendo hasta el final de mis días. Cada día que pasa, te hecho más de menos. Me siento solo sin ti. Por favor, despierta y vuelve otra vez conmigo- algunas lágrimas han empezado a salir de mis ojos.

Al ver la situación en la que se encuentra, me levanto y lo abrazo. Al principio, tarda en reaccionar, pero se levanta y me corresponde al abrazo.
Se nota la diferencia de altura, tengo que ponerme un poco de puntillas para no caerme.

-No estás solo- me aprieta más entre sus brazos.

HIII

Lo siento, lo siento, por no haber publicado todos estos días, pero he estado de vacaciones una semana y no tenía ni wifi ni tiempo para subir. Un capítulo más largo que los demás, espero que os haya gustado.

Un beso, y os quiero.

BYEE

|Frágil|® [TO #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora