Capítulo 2

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Cuando abrió los ojos se dio cuenta que todo estaba oscuro, escuchaba el rugir del motor de un auto, estaba confundido y había algo frió y rígido bajo su cuerpo, se las arregló para tantear la bolsa trasera de su pantalón logrando sacar su celular, lo encendió y se quedo en shock al encontrarse cara a cara con aquel cadáver, comenzó a hiperventilar olvidándose de todo sin darse cuenta que el auto se había detenido, el portaequipaje se abrió y él salió tan rápido como pudo cayendo dolorosamente al suelo, escucho la risa del chico de antes pero no tuvo tiempo de nada y vomitó.

-Que princesa eres-se burló el chico que sacaba aquel cadáver del portaequipaje.

Luhan miró a su alrededor encontrándose con un lugar solitario y rodeado de arboles con la fría noche cubriéndolo todo de forma tétrica, estaban a orillas de un acantilado y Luhan vio a aquel chico arrojar aquel cuerpo, ya sin vida, al vacío seguido del sonido de agua agitándose.

Su cuerpo comenzó a temblar nuevamente, ese tipo era un maldito psicópata y él estaba ahí completamente solo y desprotegido, trató de retroceder para poder escapar pero un disparo al aire lo hizo paralizarse y gritar de miedo, el muchacho soltó una carcajada antes de acercarse lentamente a él.

-No puedes irte aún, de hecho tal vez no puedas irte nunca-sonrió de forma perversa-Regresa al maletero-ordenó.

Luhan se levantó tambaleante y obedeció ya que no quería morir en manos de ese loco, escuchó su risa antes de que todo volviera a ser oscuro y comenzó a llorar amargamente, su vida estaba siendo un infierno y ahora un loco lo había secuestrado y le haría quien sabe qué antes de matarlo, estaba temblando cuando percibió que el auto se detenía un momento para luego seguir avanzando.

Luhan estaba desconcertando, completamente asustado y la tristeza que sentía solamente crecía haciéndolo sentir peor a cada segundo. Tal vez era lo mejor, ya no tenía motivos para seguir con vida, su vida ya estaba destruida de todos modos y tal vez ese era el final más apropiado para él.

El auto paró nuevamente pero estaba vez definitivamente, el portaequipaje se abrió y el chico lo sacó bruscamente y él tan sólo caminaba como un cuerpo sin vida dejándose arrastrar a una deteriorada vivienda.

Logró ver que era una casa de dos pisos pero no le importó, aquel muchacho lo arrastraba por un pasillo y no quiso mirar a otro lado, ahora que lo veía bien, gracias a la luz de lugar, pudo distinguir que el chico tenía el cabello castaño.

El castaño lo llevó a una horrible habitación de color gris con una pequeña ventanita en la parte superior de la pared central que apenas dejaba entrar la luz de la luna, él lo empujó y cerró la puerta antes de que pudiera reaccionar.

-¡SÁCAME DE AQUÍ!-gritó incorporándose de inmediato y corriendo a la única puerta de la habitación aunque ya sabía que luchar era inútil-¡DÉJAME IR!-gritó golpeando la puerta con fuerza.

-¡Ay!, cállate. Eres desesperante-refunfuñó el castaño.

El celular del chico sonó y Luhan lo vio apresurarse a contestar con una sonrisa de lado.

-Hola-dijo con un tonito sugerente y en cuanto Luhan lo escuchó hablar, comenzó a gritar con fuerza.

-¡AUXILIO!-gritó desesperado, golpeando la puerta con fuerza-¡ME TIENE SECUESTRADO!-continuó gritando tan fuerte como su voz le permitía ya que su garganta comenzaba a doler

-No, no es nadie, no te preocupes-respondió el castaño a la otra persona cubriéndose los oídos y caminando lejos de la puerta.

Luhan lo escuchó alejarse y se dejó caer al suelo llorando casi a gritos, ¿qué había hecho él para que esto le pasara?, sabía que no era la mejor persona del mundo, era hasta algo vanidoso algunas veces pero no creía merecer algo como eso.

360°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora