"Aqui los tienes, Ian"

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-Ay señora, señora, Jean.

El corazón me dio un vuelco mientras escuchaba.
-Jean, Jean no es el papá de su bebe, -dijo asustada. El padre de su hijo es Ian, -dijo entrecortada.

Me empezé a marear, ella lo notó.

-Esta usted bien, Katya?

La escuchaba de lejos, Diosmio, mi hijo era de Ian, Ian era su padre, tenia una mezcla de sentimientos. Me sentía con miedo, alegre, feliz, ansiosa. quería gritarlo y que todo el mundo me escuchara, pero al mismo tiempo quería ocultarlo.

Tenia miedo cuando Jean Daniel se enterara. Ian tenia que saberlo, ahora mismo.

-Josefa escúchame, tengo que ir a la penitenciaria, tengo que hablar con el, por favor no le digas a Jean Daniel nada, me lo prometes? -dije mirándola.

-Tiene usted mi palabra, señora.

Así le dije al chofer. Después del registro, volví a esperar sentada a que el entrara.
Me sentía ansiosa pero feliz.

Y lo vi llegar, corrí a sus brazos como una loca y lo besé.

-Toma Ian, aquí los tienes, ábrelos -dije dándole los sobres.

El se sentó, estaba nervioso sacando los papeles. Los leyó, su semblante cambiaba mientras yo me reía de felicidad.

-Yo lo sabia, lo sabia, el corazón no me engañaba -decia abrazándome sin dejar de besarme.

Empezó a llorar, yo lloré con el. No dejaba de besarme.

-La felicidad es doble Katya, tengo algo que decirte, -dijo secándose las lágrimas.

Lo miré curiosa

-Salgo mañana!

-Ian!, Ian!, -lo abrazé muy fuerte.

Por fin llegaba alegría a mi corazón.

-Ian aun no he podido salir de la casa -dije mirándolo.

-Mañana arreglaremos eso. Ahi que saber hacer las cosas, por lo pronto no le digas todavía nada a tu marido. Me escuchaste?

Afirmé con la cabeza.

Cuando salga de aquí, nos vemos en el muelle, como a las seis -dijo despidiéndose con un beso y un fuerte abrazo.

Mire a la puerta, el guardia esperaba por mi.

-No esperaré en el muelle, estaré aqui esperandóte con tu abogado. -dije féliz.

Me sentía llena de vida, pronto seriamos una verdadera familia. Salí al estacionamiento donde me esperaba el chofer, lo había visto hablando por su celular, pero no le había prestado importancia.

-Llévame a la casa, -le dije.

Fueron unos minutos muy largos. Al llegar a casa me bajé junto a Josefa y Jean nos esperaba en las afueras del jardín. Me dio un susto el corazón, ya que estaba muy serio.

 Me dio un susto el corazón, ya que estaba muy serio

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AMOR DE DOSWhere stories live. Discover now