Katya Lizardi era una chica rubia, ojos azules, picara, muy bonita, enamorada de su marido, el abogado Jean Daniel Lazaro, vivian una vida perfecta en las afueras de la ciudad de Boston, cuando a Katya se le atreveso en el camino el guapo chico, Ian...
Pasaron dos semanas, las náuseas seguian, me tenian enferma, ya me abia hecho la prueba de sangre y ya estaba confirmado mi embarazo. Lo tenia aun callado, Jean me habia dicho que tomaria tres dias libres para descansar y estudiarse nuevas pruebas en el caso. Me habia dicho que el esposo de la chica asesinada, que por cierto se llamaba Tamara, tenia un buen abogado, Jean habia logrado que el juez le negara las relaciones paternofiliales al señor, y este tampoco pudiera salir del pais, hasta que no se comprobara su inocencia. Mi marido no hablaba mucho de ese caso, no podia, ni siquiera conmigo, eran órdenes del Tribunal Supremo. Si Jean incumplia tales ordenes, podia perder su trabajo, yo solo sabia lo esencial que el aveces me decia.
Eran las tres de la tarde, sali afuera, atras de la casa, el rico olor me llamaba.
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- Gustas mi reina? -dijo
Mi marido cocinaba a la barbacoa, -me rei, -era tan buen cocinero, -el me devolvió la sonrisa. Al cabo de casi una hora ya la comida estaba lista. Nos sentamos al aire libre, Jean sirvio la comida.
Iba apenas por el tercer bocado, cuando se me revolvio el estomago, empezé a sentir unas náuseas atroces y no pude evitar hacer el gesto de devolver, apartándome bruscamente de la mesa, me tape la boca y sali corriendo hacia el baño.
-Katyaaaaa, -lo escuché gritar fuerte, -saliendo detras de mi. -Que pasa?, estas bien?, -dijo con la mirada preocupada.
Me sostenia el cabello para que yo pudiera devolver. No podia hablarle, las náuseas seguian, eran continuas, horribles.
-Katya, que pasa mi reina?
Lo miré, no podia seguir ocultando mi embarazo, pero tenia tanto miedo, estaba tan confusa, mi hijo era de mi marido, me lo habia metido en mi cabeza, pero en el fondo de mi corazon yo sabia que esta probabilidad podia ser un 50%,. Tambien podia ser hijo de Ian, aunque pensaba que era menos probable, me queria engañar yo misma pensando que mi hijo seria de Jean Daniel, de nadie mas.
-Estoy embarazada Jean, -dije sin ocultarlo mas.
Vi que Jean Daniel se quedaba sin palabras, abia logrado sorprenderlo.
-Embarazada?, estas segura?
-Si Jean, no habia querido decirte nada, hasta estar segura.
-Mi reina!, -dijo levantándome del suelo dándome un fuerte abrazo. -Te amo mi vida, -dijo besándome la cabeza.
-Yo a ti, Jean, -dije abrazándolo con mucha fuerza.
Esa noche mi marido estaba apasionado, se acercó a mi que ya estaba metida en la cama, y me empezó a tocar la cara, el pelo, mi cuerpo. En menos de dos minutos, me levantó de la cama, recostándome de la pared. Me desvistió, dejándome solo con ropa interior. El se quitó la camisa. Me empezó a besar, al mismo tiempo que dejaba caer su mano por mi abdomen todavia plano, me acariciaba lentamente hasta llegar a mi entrepierna. Me quitó el panty, empujándome suavemente hasta la cama. Me acostó bocaabajo, el se puso a mi lado. Empezó a pasar su mano sobre mi espalda. Entonces lo escuché quitarse el pantalon, luego su boxer, y se acostó encima de mi, pegando todo su cuerpo sobre el mio, diciéndome al oido cuanto me amaba, lo sentia excitado, su respiracion entrecortada, me sostuvo una mano contra la cama, al tiempo que con su muslo me echaba el mio hacia el lado, y entró en mi.
