31

2.7K 134 3
                                    

Sube delicadamente las escaleras hasta dejarme en la cama. Al instante se inclina para dejar un suave beso en mi mejilla.

– Que descanses.– Dice antes de dirigirse a la puerta.

– Quedate, por favor.– Las palabras bagan por sí solas por mi boca sin yo esperarlo.– Solo hasta que me duerma.– Insisto.

– Esta bien, solo hasta que te duermas.– Sonrie y se encamina hasta mi cama. Se deja caer a mi lado, y sin darme cuenta está espaldas ami. A tan sólo centímetros de mí.– ¿Sabes?, nunca he compartido cama con nadie.– Dice con cierto sarcasmo en su voz. Eso hace que me ria interiormente.

– Necesito dormir. Silencio, por favor.– Intento parecer seria, pero esta claro que no lo soy.

– No he sido yo quien ha pedido quedarme. Ahora atente a las consecuencias..– No termina la frase cuando bruscamente se apega a mi espalda donde no existen centímetros entre nosotros.– Dime, ¿sigues queriendo que me quede?– Susurra en mi oído.
Me quedo paralizada. No me salen las palabras y empiezo a notar un pequeño temblor en mis piernas.

– Sí.– Respondo timida e inesperadamente.

– No, Kay.– Su mano se posa en mi cintura haciendo circulos imaginarios. Me estremezco y me empiezo a sonrrojar.– ¿Y, ahora?– Sigo notando su aliento en mi nuca mientras susurra en mi odio.

– Si.– Vuelvo a responder.

– ¿Piensa dormir con un desconocido esta noche Señorita Battoms?– Comienza a dejar pequeños besos en mi cuello y noto como en algunos pasa su lengua por mi piel tersa.
Mi respiracion se agita y mis pulsaciones comienzan ha acelerar. Soy incapaz de darme la vuelta. Mi cuerpo se queda inmovil.– Tranquila, no te hare nada.– Dice al tiempo que se aleja de mi.– No esta noche.– Y con eso se aparta de mi y noto como su mirada se clava en mi espalda.

                                                 (*)(*)(*)

Caigo profundamente sumergida en mis sueños. El calor de la habitacion, el pequeño destello de luz que entra por la ventana y un pequeño sobresalto de la cama hacen que mi subconsciente se altere.
Abro los ojos y al girarme veo una habitacion oscura y vacia donde solo estoy yo. Al instante pienso "Adam". Pero sigo ensimismada en la cama. Curiosa de mi, me arrastro hacia el otro lado de la cama y hundo la cabeza en la almohada. Su olor quedo impregnado en la cama. Me encanta. Podria entrar en la habitación ahoramismo y pensar que soy una psicópata. Pero ahoramismo solo pienso en su pelo revuelto, su pecho desnudo y sus hermosos labios rosados y gruesos que me encantan. Sin mas, escucho unos pasos subir por las escaleras. Sé que es él, asi que me apresuro para acostarme y hacerme la dormida.

– Nena, ¿aun dormida?– Me toca la puerta. Cuando ve que no respondo la abre despacio y sigilosamente.– Debo irme, tengo muchos asuntos pendientes y no quiero dejarte sola. Abajo esta Laila, mi "sirvienta", si necesitas algo solo tendras que llamarla y ella te ayudara a bajar y te preparará el desayuno. Pase lo que pase no salgas de la casa hasta que yo vuelva, ¿queda claro?– Dice mirandome fijamente.

– ¿A dónde vas y porque no puedo ir contigo?– Preguntó en tono ronco por el despertar.

– Ya te dije, tengo asuntos pendientes. Tu descansa y hazme caso, ¿si?– Dicho esto, se marcha. Y como de costumbre me deja pensativa y curiosa.

En El Fondo De Mi HabitaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora