Esta historia será contada en primera persona y desde el punto de vista de nuestra protagonista Evelyn, una linda y distraída chica que en la gran mayoría de las ocasiones se deja llevar por su maldita inseguridad. Ella se muda de ciudad con la inte...
Necesito a Castiel, y necesito convencerlo por muyyyyyy...enfadada que este por sus malditas tonterías.
No me queda otra, antes situaciones desesperadas...medidas desesperadas...¡PLAN C!...¡PENA Y LLANTO!.
- ¡Por favorrr Castiel no puedo dejarlo en la calle de nuevo! -le digo desesperadamente-.
- ¡Pues que se ocupe a otra persona! -me replica-.
- ¡Pero no hay nadie más que pueda hacerse cargo de el, si se queda de nuevo solito morirá de hambre! -le digo con los ojos llorosos y las manos en forma de suplica-.
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- ¡No seas exagerada!.
- ¡No exagero, es demasiado pequeño para valerse por sí solo!.
- Tus lágrimas de cocodrilo no van a convencerme.
- ¡No son lágrimas de cocodrilo!, creí que podía confiar en ti, creía que me ayudarías a buscarle un hogar a este pequeño y indefenso animal, si no le ayudas morirá de hambre o incluso de frío...pero no, ni siquiera nuestras amistad es lo suficiente fuerte para...
- ¡OHH...MALDITA SEA!, ¡ESTA BIEN!, ¡QUE SE QUEDE EL GATO, PERO DEJA LA PENA DE UNA MALDITA VEZ! -me interrumpe y gritá ofuscado mientras se echa las manos a la cabeza-.
- ...¡¿Enserio?!...¿vas a quedártelo?! -digo impresionada como una niña y con los ojos abiertos como platos-.
- Tienes un par de días para buscarle una casa, te lo recuerdo -me dice con rabia y cruzando sus brazos-.
- ¡OHHHH GRACIAS GASTIEL! ¡TE PROMETO QUE SOLO SERÁN UNOS DÍAS! ¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS! -gritó entusiasmada y me lanzó a abrazarle por el cuello-.
- ¡Deja de hacerme la pelota! -me replica un poco avergonzado por mi abrazo y mirando al suelo- eso si, te aclaro que no me haré responsable si Demonio lo usa como juguete.
Es cierto hemos olvidado a Demonio durante toda esta historia, el nos ha estado observando atentamente todo este rato.
- Demonio...no creo que haya problema -digo mientras me incorporo y intento controlar mi sonrojo tras el abrazo-.
- No esta acostumbrado a convivir con gatos, te lo advierto.
- Bueno seguro que se acostumbra, le vendrá bien tener un nuevo compañero de juego...aunque solo sea por unos días.
- Un nuevo compañero de juego o un nuevo juguete -dice Castiel entre risas y mirándome con determinación-.
- ¡No seas burro!, ¡Demonio no le hará nada a Gizmo! -le contestó enfadada a la vez que abrazo al gato-.
- ¿Gizmo?, ¿a si es como has llamado a ese bicho?.
- ¡En primer lugar no es un bicho, es un gatito!, ¡y en segundo lugar, si lo he llamado así!, ¡¿algún problema?! -le respondo a la defensiva-.
