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Un público que esperaba ansioso a que aquel hombre diese un nombre.
Cientos de adolescentes agitados deseando escuchar sus nombres.

-Dafne. -Hizo una breve pausa. Tomó aire y mostró la mejor de sus sonrisas. -Dafne Swan.

El público aplaudía por cortesía. Una familia gritando, prácticamente llorando en las gradas aclamando a la elegida.

No articulaba palabra. No respiraba. Los gritos de mi familia me sacaron de mi trance.
-¡Dafne Benett Swan! ¡Lo has conseguido! ¡Vas a ir a la Milton University! -Lentamente regresaba a una realidad que parecía ficticia.
El director del instituto acababa de decir mi nombre. Lo que significaba que había conseguido una beca para el mejor instituto de Nueva York.

Aquel verano se me pasó tan rápido que apenas pude hacer planes de una adolescente normal. Pero lo cierto es que estaba ansiosa por volver a empezar el curso escolar.

Les voy a poner en situación.
Cada año, el profesorado y los más altos cargos del instituto premiaban al estudiante senior con las mejores calificaciones y el expediente más impecable con una beca para la mejor universidad de Nueva York. Una universidad privada de la cual han salido grandes personajes conocidos.
Así es como yo, una chica de Seattle consiguió plaza en el instituto de sus sueños.


Me desperté en mi nuevo estudio tres horas antes de que comenzase mi nuevo curso escolar. Después de ducharme acomodé mi pelo en una larga coleta de tono rubio oscuro con un degradado natural a rubio claro perfectamente despeinada de modo que no pareciese que descuido mi pelo y lo suficiente como para que pareciese que no había tardado ni 5 minutos en peinarme. Lo cual era totalmente falso. Llevaba 25 haciendo ondas y deshaciéndolas, alborotando lo justo aquí y allá y me maquillé también lo justo con máscara de pestañas y un pintalabios rojo desgastado en un tono mate.
Tomé mi desayuno. Era un desayuno especial bastante cargado ya que ocasiones especiales requieren desayunos especiales.
Me vestí con unos leggins negros, una camiseta blanca con aperturas a los lados y bastante larga y una chaqueta negra estilo bomber.
Cogí mi bolso negro que ya guardaba todo lo necesario en su interior desde la noche anterior y una carpeta rosa con documentos como el mapa del campus, las actividades escolares, la temporada deportiva y más tipos de clubs y actividades extraescolares. Aunque tenía perfectamente claro lo que quería, perdón, IBA a hacer.
Abandoné mi pequeño estudio alejado de las residencias ya que llevaba media vida ahorrando para alquilar un estudio y no tener que vivir en las residencias.
Estaba a 20 minutos andando.
Cualquier ser humano normal habría sentido algo así como miedo o nervios al asistir al primer día de universidad y más a una así. La gente en aquella universidad era más bien de clase alta ya que la universidad era cara siendo privada. Y yo más bien la hija de una familia de clase media-baja. Mi madre era esteticista y mi padre era modisto en su propio y pequeño negocio. Mi hermano mayor ya graduado en la universidad se abría paso en el mundo del cine como director.

Puse mi primer pie en el campus y pude sentir mis mejillas arder. Sentía las miradas incesantes de algunos estudiantes. No por ser un bicho raro sino porque cada año la web de la Universidad Milton anunciaba quien había sido el nuevo elegido becado.
Continué con mi paso firme hacia el campo de fútbol americano donde se realizaban las pruebas para elegir a una nueva animadora.
Sí. Desde pequeña asistía a gimnasia artística la cual dejé dos años atrás y deseaba convertirme en la mejor animadora. Lo tenía claro. Para mí era ser o la mejor o nada.

-Dafne Sw... Espera un momento, ¿no eres tu la becada de este año? -Llevaba más de media hora esperando mi turno en el banquillo cuando la capitana del equipo, nada más y nada menos que Haley Price, una despampanante morena de ojos grandes y oscuros se dirigía a mi. Noté las miradas de las demás candidatas y del equipo de animadoras las cuales se encontraban sentadas en el césped.
-Sí. -Respondí tratando de ocultar mi nerviosismo. Pero completamente segura de mi misma.
-No solemos ver por aquí a chicas como tú. ¿Eres buena? -Preguntó Haley en un tono divertido.
-He ganado competencias de gimnasia artística. Supongo que no soy nueva en esto. - Escuché cuchicheos inaudibles a los cuales no presté atención. Pues toda mi concentración ahora mismo estaba en un punto.
-Sorpréndenos. -Agregó ella con una sonrisa de medio lado.

Puedo jurar que así lo hice. Acabé exhausta y ante la mirada sorprendida de las candidatas, animadoras y todo el cuerpo de jugadores que miraba desde el otro lado del campo tras acabar su entrenamiento, realicé una reverencia.

Haley, la cual se encontraba con las animadoras pero al contrario que ellas, de pie, se acercó a mi y ofreciéndome su mano dijo:

-Bienvenida al equipo.

Gritos. Las animadoras parecían más alegres que yo al encontrar a la nueva animadora. Aplaudían, silbaban y gritaban al tiempo que notaba las perfectas sonrisas del equipo de jugadores y las muecas de las candidatas.

Estaba tan pletórica que no podía ocultarlo. Todo estaba saliendo según mis planes y juraría que hasta había socializado.
Para nada Haley y todo su grupo parecía la típica capitana de carácter pésimo.
Sinceramente creía. Creía firmemente en mis capacidades para conseguir lo que quería como hice hasta ese momento.

Caminé hasta mi taquilla. O más bien fui arrastrada por Haleu y el resto de animadoras. No sabía porqué, ellas me hicieron la entrega de mi taquilla y no fue el director ni ningún profesor.
Llegamos a una parte de aquel inmenso pasillo en el cual las taquillas todas estaban con banderas, logos, entradas, fotos y cualquier otro tipo de cosas relacionadas con el equipo del instituto pegado a las taquillas.

-Esta zona es nuestra. Toda la plantilla de jugadores y animadoras tienen aquí su taquilla. No cualquiera la puede tener aquí.
-Vaya, yo... -Iba a decirle cuanto agradecía el trato cuando el equipo llegó y la atención de las animadoras dejó de pertenecerme. Incluso yo dejé de hacerme caso cuando dirigieron sus miradas a nosotras.
-Elige a uno. -Fue lo único que una de nosotras alcanzó a decir. Haley.
-Amm... ¿Qué quieres dec...
-Escoge a uno que lo tendrás. Así funcionan las cosas aquí. No se como fue tu vida en tu antiguo instituto pero aquí ahora juegas en otra liga chica. -Eso me hizo pensar que probablemente (no, seguro) yo era la más pequeña del equipo, siendo la del primer año

Comprendí sus palabras. Realmente no quería iniciarme en estúpidos romances juveniles, más bien quería formarme de verdad. Pero qué si me divertía un poco. Empezando por el 11. Aquel chico con el número 11 impreso en su camiseta del equipo era realmente un buen comienzo.

-Esta noche hay una fiesta en mi casa. Piensa en lo que te he dicho. ¿Te veré allí becada?
-Ahh S...
-¡Perfecto! -Interrumpió ella.

Hasta ahora mi vida estudiantil estaba siendo plena. Todo según yo lo había planeado.
Todo.
Ni en mis mejores sueños hubiera imaginado que acabaría en el instituto de mis sueños, siendo animadora y con el tipo más codiciado de la institución justo encima de mi.
Sí.

Me estremecí saliendo de mis pensamientos cuando Logan depositó suaves besos sobre mi cuello. Mi más absoluto punto débil.
Nuestras respiraciones eran agitadas y el olor a alcohol que ambos portábamos se conectaba.
No, realmente nunca había sido una chica fácil pero sí había tenido parejas. Aquél ambiente al que no estaba acostumbrada me hacía sentir tan extraña.
Podías gritar bien alto en mi antiguo instituto la situación en la que me encontraba que nadie te creería, ni si quiera yo si me lo hubiesen dicho un verano antes.

Comenzaba a creerme el cuento.
Así fue como comenzó todo.

Unpopular  {H.S}Where stories live. Discover now