Capítulo 3

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  -Buenos días señor Jung

-Buenos días Hyomin –saludo el empresario a su secretaria- ¿algo nuevo para hoy?

-A las 10 llegan los alumnos de la universidad

-¿Cuantos pasantes nuevos esta vez?

-20 aproximadamente

-Son menos que los de hace dos semanas, pero eso esta muy bien

-Se los are pasar uno por uno en cuanto lleguen

-Gracias Hyomin –se despidió para entrar a su oficina-

-¿Ya están todos listos?

-Si, solo falta...

-¡Aquí estoy! –Grito una agitada voz-

- ¿Cual es su nombre? y ¿Qué edad tiene?

-Kim Min Seok, 23 años

-Es un placer, ¿ha trabajado alguna vez?

-Si, todos los veranos ayudo a mi papa en su empresa

-¿Esta actualmente estudiando...?

-Administración, octavo semestre

-Según sus profesores tiene muy buenas notas y una conducta ejemplar... -Así continuo interrogando el hombre a cada uno de los pasantes-

-Kim Min Seok –comenzó a llamar la secretaria a los diez pasantes que habían sido aceptados- y por ultimo, Levin (tn)

-¿¡Que!? Eso no puede ser

-Tranquila So Jin, tal vez para la próxima vez –se regodeo (tn)-

-No puedo creerlo –dijo aun atónita su amiga-

-So Jin no se de que te sorprende, eres muy inteligente

-No hablaba de mí, hablo de ti

- ¡Oye! –sin poder evitarlo ambas rieron-

-Los diez elegidos deben venir el viernes para tomar instrucciones

-Y para su castigo –susurro el profesor a su alumna-

-Si señor McCurdy no se me va a olvidar –le respondió fingiendo una sonrisa la chica-

-En casa de Taek Woon -

-¿Mama no ha llamado?

-Si, dijo que hoy se demoraría más de lo normal

-¿Y papa?

-Viene más temprano

-oh bueno esta bien, iré a ducharme

-Taek Woon espera –lo detuvo su nana a medio subir por las escaleras- ¿que quieres almorzar?

-Lo que hagas estará bien para mí

-No se ni para que te pregunto, desde que puedes hablar me dices lo mismo

-Pero es la verdad, si una persona tiene hambre come lo que sea

-¡Al fin!

-¿Qué?

-Dijiste persona y no, -imito la voz del chico- humano

-Tu imitación de mi es terrible, y si hubiese dicho humano la frase no tendría mucho sentido, además no se cual es la obsesión de corregir un termino que significa lo mismo de ambas formas

-Ya empiezas a marearme con tanto conocimiento, mejor ve a bañarte

-No estas respirando como es debido, porque cuando un ser humano se "marea" es porque el aire no llega bien al cerebro...

-¡Que vayas a bañarte! –lo empujo hasta el baño su nana-

-Pero si no he terminado... -deteniendo sus palabras, lo metió al baño y cerro la puerta- eso ha sido poco cortes

-¡Que te bañes! –dijo ahora entre enojada y divertida- y en cuanto termines, baja por tu almuerzo –le aviso-

-en la empresa-

-¡Levin! Porque no me extraña que esa usted la que siempre llega tarde

-Lo siento señor McCurdy, sabe que no es mi intención

-Nunca es su intención

-Bueno ya llego la señorita que faltaba, ¿ahora si podemos irnos?

-Si señor director

-Muy bien entonces, todos tomen sus cosas y vamos al autobús –indico el director a todos los alumnos-

-Ya oyeron, vamos

-Señor McCurdy pero que bien se ve con ese color

-No lo intente señorita Levin, igualmente tendrá detención el viernes después de clase

-¿¡El viernes!? Pero todos salen a divertirse los viernes –protesto la chica-

-Tienes usted razón señorita, todos salen, menos usted

-Pero...

-Sin pero, y ya deje de protestar

-No es justo

-Nada es justo en la vida, y ahora suba al autobús –muy inconforme la chica abordo el autobús sin decir nada más-

-Parece que no iras a la fiesta de Bora

-Odio esto, y odio al señor McCurdy por castigarme justo ese día –respondió enojada la chica a su amiga una vez se hubieron sentado y el autobús había empezado andar- pero ni siquiera el me va a impedir ir a esa fulana fiesta

-No te escapes, ya tienes suficientes problemas

-Estará muy ocupado contando las citas que nunca tendrá como para prestarme atención –ante aquel comentario ambas chicas rieron-

-Señor disculpe la interrupción, pero ya llegaron los pasantes

-Tranquila Hyomim, puedes decirle al primero que vaya pasando

-Enseguida –dijo la secretaria a su jefe desapareciendo por la puerta, para reaparecer segundos después con un joven de unos 23 años aproximadamente, al ver aquel muchacho, el hombre no pudo evitar pensar en su hijo-

-Buenos días señor

-Buenos días joven, tome asiento

Pequeño InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora