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09. EL ARMA REAL

09; EL ARMA REAL

La noche siguiente, todo el equipo se había reunido para acordar un plan de ataque contra Schmidt y su ejército. Hasta ahora, la única información que tenían era de parte de Zola. El Coronel Phillips estaba con los mapas mientras que los Comandos, Peggy y Howard estaban sentados alrededor de la mesa. Evelyn y Steve estaban sentados en la punta de la mesa, las armas más importantes de esta operación.

"Johann Schmidt debería estar internado." Evelyn rodó los ojos. Claro que debía. "Cree que es un dios y quiere volar medio mundo, empezando con los Estados Unidos."

"Tiene poderes que superan nuestra capacidad." Reiteró Stark. "Ya ha visto lo que él doctor le hizo a Evie. Si logra cruzar el Atlántico, arrasará con la Costa Este en una hora."

Evelyn se tensó. "Eso es reconfortante." Murmuró antes de enfocarse en su trabajo. "¿Cuánto tiempo nos queda?"

El Coronel soltó un suspiro. "Según mi nuevo mejor amigo, menos de 24 horas."

Éste plan parecía ir muy rápido. "¿Dónde está ahora?" Preguntó ella.

"La última base de Hydra está aquí..." el mostró la foto de una montaña, "en los Alpes, 152 metros bajo la superficie."

Jim se mofó una vez que vio la foto. "Entonces, ¿Qué hacemos? No es como si pudiéramos golpear en la puerta."

La voz de Steve finalmente sonó. "¿Por qué no?" Todos lo voltearon a ver en confusión, Evelyn incluida. "Eso es exactamente lo que haremos." Le sonrió a Evelyn pero dejó de hacerlo una vez que se dio cuenta de que ella no estaba feliz.

Una vez que el Coronel Phillips lo había dejado irse, Evelyn había ido al fondo de la habitación donde estaban los archivos a pensar. Esta misión, habían dado apuestas muy altas, muchas cosas podrían salir mal. Ella sabía que algo en su suero la hacía incapaz de matar a Zola, el Coronel Phillips le había dicho, ¿Qué pasaba si con Schmidt era distinto? Era inteligente, hacer un arma humana y crear una protección así su jefe no le asesinaba.

Ella sería inservible.

Peggy golpeó en uno de los estantes. "¿Eve? Deja de hacer esto, nos estás comenzando a preocupar."

"Perdón, sólo estaba pensando."

"Sí, has estado haciendo mucho eso." Peggy se acercó. "¿Es por James? Como dije antes, no fue tú culpa ni tampoco la de Steve -"

"No estoy pensando en Bucky, Peggs."

"¿Entonces en qué estás pensando? No digas en nada, eso es muy molesto"

Evelyn resopló. "Sólo... la densidad de las cosas que van a pasar. Quiero decir, es mucho para digerir."

Peggy asintió. "Sí, sin duda lo es, pero no tienes que pasar por esto sola, tampoco Steve, quien se está preguntando ahora mismo si tú estás bien." Evelyn sonrió, negando con la cabeza ante la preocupación de Steve.

"Dile que saldré en un momento." Su amiga le dio un rápido abrazo y salió para ir a una reunión, pero frenó en la puerta.

"Oh, la hija de Katherine quería que le firmes algo, está en tú escritorio." Peggy dijo con una sonrisa cómplice. Evelyn fue hasta su escritorio en busca de lo que la niña quería autografiado. Ella ya tenía un bolígrafo en mano, girándolo entre sus dedos pero lo dejó caer una vez que vio lo que era.

Era un libro de cómics de dibujos de ella, la tapa venía con el título: ¡La Teniente Libertad y sus Arriesgadas Aventuras! Evelyn sonrió antes de firmar con unas flores. Sabía que estaba en los cómics de Steve, como un personaje secundario, más como un interés amoroso que otra cosa pero ella no sabía que tenía el de ella, eso era algo importante para ser una mujer. Ella se estaba volviendo su propia súper heroína, tal como su madre siempre había querido.