Lo que no pensé que iba a pasar

Começar do início
                                    

—Así es ella y no es ninguna casualidad que yo desee que sea mi futura esposa —respondió con tranquilidad, poniendo su brazo sobre mis hombros.

—Oye, Jaime, no sabía que querias casarte...

El policía retiró su brazo y mordió su uña.

—En este momento tengo empleo y una casa grande completamente vacía.

—Sí, ya lo sé. Pero ¡por Dios! No sé si es buen momento para hablar de casamiento.

—...es la chica ideal para mí —completó Jaime, mientras ponía un saco de paltas en su carrito.

—Bien. ¿Y? ¿Qué puedo hacer yo? —respondí tímidamente.

Jaime estaba flotando hacía el pasillo de las latas de ananá y de los duraznos en almíbar.

—Pues nada —me respondió vagamente aliviado.

Fui con Jaime hacía las cajas de pago automático. Sorpresivamente, él sacó su tarjeta Diners club y pagó mi compra.

—No debiste pagar por mis cosas, pero eres un joven muy amable y quiero agradecerte invitándote a la cena de nochebuena y año nuevo —dije—. ¿Te parece bien?

—Ahora nuevamente me siento muy bien —dijo casi sollozando.

—Me alegra un montón, no quisiera que estés solo durante las festividades de este año —dije.

—¿Vamos a la cafetería?

Nos sentamos en las mesitas de un local de comida rápida y en lugar de tomar un café, nos compramos unos de esos combos de hamburguesa doble, con papas fritas y cerveza.

—Esto es mucho mejor que un café insípido —dije lanzando una risotada.

Perplejo, con la hamburguesa metido en la boca me miró de una manera muy extraña y dijo:

—Ahora que la veo de frente, pude percibir que usted es otra versión de su hija Lavanda.

—¿A qué te refieres, Jaime?

—A ver si me explico... Usted tiene profundidad en sus ojos verdes —dijo extasiado.

—¿Te gustan mis ojos? 

—Me gusta la simetría de su perfecto rostro, sus ojos brillan como un diamante y su cabello rojizo armoniza el resto. Usted es muy bella para su edad —dijo clavando sus ojos en mí.

No supe que responder, contemplé con detenimiento su rostro trigueño y sus facciones. Parecía que ese momento estaba siendo eterno.

—¡Muchas gracias, buen joven! 

Jaime sonrió enseñándome sus dientes largos.

—Usted y su hija tienen unos excelentes genes —dijo con vergüenza.

—No soy en absoluto una mujer bella y joven —objeté—. En verdad estoy a un paso de la muerte...

—¡Pamplinas! —dijo el policía—, usted no debe tener más de cincuenta años.

—¡Ja! ¿Tú crees? —contesté irónicamente.

—Tu hija me dijo que tienes un novio muy joven y ahora entiendo porque los hombres están tan interesados en usted...

Pensé en lo entrometida que era mi propia hija, ventilando mis asuntos personales por ahí.

—Lavanda solo imagina cosas —repuse—, yo no tengo novio.

—¿Entonces, le gustaría tener un novio? —dijo lleno de espontaneidad.

Negué con un movimiento enérgico de mi cabeza.

—Rosanelda, estoy acostumbrado a que mis preguntas sean contestadas...

Ops! Esta imagem não segue as nossas directrizes de conteúdo. Para continuares a publicar, por favor, remova-a ou carrega uma imagem diferente.
Estúpido Poeta (NOVELA TRASH) Onde as histórias ganham vida. Descobre agora