Capítulo 13: "Sentir su cuerpo"

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- Pero no sabes donde está la isla.

Es cierto, definitivamente los nervios no estaban dejándome pensar.

-Dime dónde es, me conozco esta isla y las de alrededor de memoria. ¡Pero hazlo ya!- grité de nuevo tratándola muy mal.  En cierto modo se lo merecía, pero parecía que esta vez tendría algo que agradecerle si todo salía bien.

Estaba demasiado desesperado por saber qué estaba haciéndole Ulises a Alejandra. Sólo quería golpear algo o matar a alguien, en ese momento se me ocurría satisfacer mis instintos asesinos con una persona: Ulises. Que no le hubiera hecho nada a Alejandra, a ella no…Después de rescatarla de las garras de ese malnacido tenía pensado no dejarla escapar nunca más, ni hacerle más daño. Lo que más deseaba era besarla, acariciarla, rozar su piel y notar que me respondía…quería amarla. “Quisiera poder amarla”, pensé.

Una vez que Aline me dijo la ubicación de la isla donde Ulises había secuestrado a Alejandra, llamé para que me trajeran inmediatamente la lancha en ese punto de la playa donde nos encontrábamos Aline y yo. Mis empleados querían acompañarme, pero yo quería ir personalmente para partirle la cara a Ulises. ¡Malnacido! Corrí rápidamente hacia la lancha que me trajeron en pocos minutos. Esa era una de las cosas por las que daba gracias por ser millonario, tenía lo que quería al instante “excepto el amor de Alejandra”. Solo pensaba en ella: en mi Alejandra. Me subí a la lancha sin despedirme de Aline. Encendí el motor y me intenté concentrar para dar con la isla correcta.

Ya iba de camino a la isla, sintiendo el viento y el aroma del mar, que no me transmitían paz. Hasta que Alejandra no estuviera en mis brazos, sana y salva, no estaría en paz.

No sabía cómo reaccionaría frente a Ulises, pero algún golpe seguro que le propinaba.

 

Alejandra

Abrí mis ojos lentamente, muy dolorida. Miré a mi alrededor y pude ver que estaba tumbada en un colchón que estaba en el suelo de una cabaña. Al ver la cabaña lo recordé todo, me llevé la mano a mi mejilla y la acaricié por el dolor que me producía. Tenía la piel irritada. Ulises me había llevado a una isla, haciéndome creer que Lysander había sufrido un accidente, y después me dio una bofetada tan fuerte que hizo que mi cabeza retumbara y me desmayara.

¿Qué haría ahora? ¿Cómo lograba salir de esa cabaña en la que estaba secuestrada por un hombre tan cruel que era capaz de pegarle a una mujer? Comencé a llorar agobiada por todo, ese era el día de mi boda y se estaba convirtiendo en una pesadilla horrible. Quizás hubiera logrado enamorar a Lysander tras la boda, quizás las cosas con él habrían salido bien, pero ahora no habría boda ni posibilidad de volver a verlo. Lysander creería que lo había traicionado, al igual que Aline, que me había escapado con su mayor enemigo. ¿Tendría que quedarme toda mi vida en esa dichosa isla con ese hombre repugnante que sólo quería una cosa de mí: sexo?

Justo en el momento en que iba a levantarme de ese colchón, vi que la puerta se abría. Era Ulises y venía con una bata de color negro entreabierta que dejaba entrever algo de su torso. Me asusté, parecía que estaba desnudo debajo de la bata, y mojado.

-Por fin despertaste querida…eres más frágil de lo que pensaba. Sólo fue una bofetada-dijo en tono burlón acercándose a mí. ¿Cómo podía ser un hombre tan duro con una mujer?

Quisiera poder amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora