Capitulo 26

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Antoine

Se quedó de piedra al verme pero sonrió. Sonrió y corrió hacia mi para abrazarme.

-Creí que ibas a Francia...

-¿Por qué crees que no fui con los demás a despedirme al aeropuerto? Ya estaba aquí... Feliz Navidad pequeña.

-Eres genial.

-Siento decirte que ya no aguantaba sin escuchar tu voz. Hablé con John, nos conocimos en la eurocopa, y él me recogió ayer.

-Me fastidia que no pases la Navidad con tu familia-dijo mirándome a los ojos

-Tú eres mi familia.

Unas lágrimas cayeron por sus mejillas y la abracé con fuerza.

-No llores, es Navidad... Es un día para sonreír...

Se limpió las lágrimas y sonrió.

-Bien-dijo John-, ¿entráis o os quedáis fuera?

Entramos en su casa. El detalle de su garaje era genial, el estadio representado en las paredes. Nos enseñó la casa y después fuimos al salón.

-¿Dónde vais a comer?-preguntó Rubén-Nosotros tenemos la comida de Navidad

Me llevé una mano a la frente, no había pensado en eso cuando cogí el avión el día anterior. Simeone iba a matarme.

-¿Qué tenías pensado hacer? No voy a entrometerme en tus planes, simplemente voy a acompañarte-dije sonriente mirando hacia Noa

-Pues la verdad, mi idea era prepararme algo fácil, comer y pasarme el rato hasta que vinieran estos viendo la tele o algo así.

-De eso nada-dije serio-. Hoy tú y yo salimos a celebrar la Navidad juntos. Y no vale rechistar, que te conozco.

-Está bien.

-Voy a arreglar-dijo John señalando su aspecto desaliñado.

Rubén y David asintieron y se fueron también. Nosotros nos quedamos en el sofá.

-¿No vas a visitar a tu familia?

Noa apartó la mirada y negó con la cabeza, fruncí el ceño pero no insistí. Algún día sacaría el tema.

-¿Conoces algún restaurante bueno?

-Llevo unos años fuera, como comprenderás, es probable que hayan cerrado los que conocía.

-Genial, así no soy el único que no conoce.

Sonrió y me abrazó.

-Gracias por venir.

-Ya sabes que por verte sonreír cualquier cosa.

Suspiró y besó mi mejilla.

-Bueno chicos-John apareció, ya arreglado, en la puerta-. Yo marchar, ¿querer que os deje en algún sitio?

-Gracias John-Noa se puso de puntillas y besó su mejilla-, pero iremos caminando.

-Abrigar bien, fuera hacer frío.

Noa asintió y salimos con él por la puerta. John fue al garaje y nosotros comenzamos a caminar calle abajo. Me llamó la atención que no lloviera pues, las últimas veces que había viajado a Vigo, había llovido en todas.

-¿En qué piensas principito?

-En que no llueve.

-No siempre llueve, ¿o te crees que aquí nos pasamos el año con paraguas?

Por Verte Sonreír #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora