Extra

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Narrador omnipresente.

En un invernadero, una chica albina con orejas se gato regaba tranquilamente sus plantas mientras tarareaba una canción.

-Tienes talento en la jardinería.-La albina se sobresalto al escuchar aquella voz, creía que se encontraba sola en la casa.-Lo lamento, no quise asustarte.

La chica levantó una maceta, la había tirado por el susto. Alzó la mirada y vio a su novio quien se rascaba la nuca apenado.

-Hola Bonnie, no te esperaba.-Sonrió y le dio un corto beso.

-Quería invitarte a salir.-El pelimorado sintió como la sangre se le subía a las mejillas al terminar la oración.

-Oh... Claro.-Dice la albina extrañada por la actitud de su novio.

Subió a su antigua habitación y cambio sus pantalones manchados de tierra por un vestido floreado arriba de las rodillas, Bonnie esperaba sentado en el invernadero, al ver a su chica comenzó a babear, casi literalmente.

-No importa las veces que te vea y que lo diga... Eres hermosa.

Las mejillas de la albina no tardaron en teñirse de rojo, sintió como su novio entre lazaba sus manos con la de ella y la guiaba por la ciudad.

Se detuvieron en un parque.

-L... Lo siento, pero desde aquí tienes que usar esto.-Pone una venda en los ojos de la chica.-Es una sorpresa.

El pelimorado guió a la albina, quien en repetidas ocasiones tropezaba, esas veces, Bonnie la sujetaba de la cintura evitando que cayera al suelo, protegiéndola.

-Bonnie, ¿A donde vamos?-Preguntaba Snow, intentando tocar algo en el aire.

-Es una sorpresa.-Susurro.-Contra su oído causándole escalofríos.

-E... Esta bien.-Tartamudeo la chica neko sonrojada.

Se detuvieron al final del parque, Bonnie quitó la venda de los ojos de la albina, la chica observo desilusionada un muro.

-¿Que hacemos aquí?-Su animo estaba por los suelos en este instante, había pensado en que su amado la llevaría a una cena romántica en un campo, o incluso que la llevaría a un restaurante elegante, pero no.

-Esto te gustará.-Sonrie tiernamente y ayuda a Snow a subir al muro.

La pareja se encontraba sentada viendo las estrellas, el chico conejo no dejaba de mirar hacia su reloj.

- 3... 2... 1...

Luces centelleantes inundaron el cielo nocturno formando un gran espectáculo, la albina miraba maravillada la escena.

Los fuegos artificiales tomaban diversas formas; Primero fue una silueta humana con orejas de gato, después una rueda de la fortuna y por ultimo... Algo que hizo estremecer a la albina.

Y no era una silueta o imagen, sino una frase:

"¿Te quieres casar conmigo?"

Los ojos de la chica se humedecieron y miro al chico, se había arrodillado y en sus manos se encontraba un hermoso anillo con un pequeño diamante en el centro.

-¿Te casarías conmigo?-Los nervios del chico aumentaron al no escuchar una respuesta de su novia.-Snow...

-¡¡SI!! ¡¡TE AMO BONNIE!!-Se abrazaron con fuerza, la chica no podía controlar sus lágrimas de alegría, era el embarazo.

-Uff, por un momento pensé que no aceptarías.-Rasca su nuca nervioso.

-Te amo Bonnie, y nada me haría mas feliz que ser tu esposa.-Junta sus frentes.

-También te amo Isis Snow, y pasare cada día de mi vida haciéndote feliz, a ti y a nuestro hijo.-Posa su mano en el vientre de la chica.-Te hago esa promesa, aquí, con las estrellas de testigo.

Juntaron sus labios en un beso apasionado, transmitiendo lo que sentía en ese simple y antiguo acto de amor.









Perdón por tardar tanto ;-; pero mi imaginación se fue a la playa y ahí se quedó, por suerte eso se arregla con una dosis intensiva de musica.

Espero y les haya gustado esta historia y gracias por leerla :)

Enamorada De Un Androide.Where stories live. Discover now