El don de materializar algunas veces puede costarnos el alma misma.
Esta es la historia de aquel que, desde sus pinceles, podía hacer realidad los sueños de los demás, pero ignoraba el alto precio a pagar.
Este cuento nació bajo una de las consignas del reto de escritura de "Treinta consignas, treinta relatos" y estuvo alojado en la antología llamada "Los treinta suspiros de la luna".
Fue uno de los cuentos participantes del " VII Premio Nacional de Cuento La Cueva 2017-2018"
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