—Me llegan a ver mis papás así y me matan. —bufó poniéndose un pantalón para acostarse en la cama de nuevo. — ¿es un desastre abajo, no?

—Ese ángel ya limpió casi todo, pagale más que el doble Lautaro, se lo merece.

—Sí porque yo no pienso hacer nada.

— ¿No te acordas de nada? —le pregunté y negó, tiré su cabeza hacia atrás y en su labio se había formado un gran hematoma mientras que su nariz tenía un corte pequeño y había un moretón en su pómulo, pero nada que le afectara el ojo. —Es raro porque yo pensé que eras amigo de Sebastián.

—Ya no.

— ¿Por algo en especial?

—No.

—Me mandó mensajes.

— ¿Y qué te dijo? —preguntó pero me aparté de su lado para abrirle a Marta, ella entró y al verlo a Lauti dejó la bandeja en la cama y se acercó preocupada.

—Ay Lauti esa carita, por Dios.

—No pasa nada Martita, estoy bien.

— ¿No te duele?

—Un poco, pero estoy bien, en serio, gracias.

—Avisame cualquier cosa, por favor.

—Sí, gracias ah y Martita podés ir si querés, seguro viniste temprano. —le dijo y se acercó a su gaveta para sacar un piloncito de muchos billetes de cien. —Tomá, gracias.

—Lauti pero...

—Queda entre nosotros, gracias. —le tiró un beso y ella sonriendo se fue, me saludó y cerró la puerta. — ¿Qué te dijo Sebastián?

—Fue raro, dijo algo como que yo no era tuya o algo así, no entendí a lo que se refería.

—Perdón por haberte mandando con ese enfermo, no debería haber sido él nunca.

— ¿Por qué?

—No es una buena persona, de hecho no sé qué hacía ayer con vos porque yo no lo invité, puede que te haya sido tentador pero si te llama ni le contestes y bloquealo, no quiero que esté detrás tuyo. —dijo y yo levanté una ceja, me parecía un poco prepotente su comentario e incluso autoritario, como si pudiera decidir por mí.

—Lauti es... ¿por qué tan así?

—Hacelo Cali en serio, por favor.

—Bueno pero me estás pidiendo todo eso y no me das una explicación concreta y tampoco es que iría detrás de él después de lo que te hizo.

— ¿No podés hacerme ese favor y listo?

—No lo hago por vos, a mí no me gustó cómo se comportó y estoy pidiendo que me expliques pero si te deja más tranquilo, ya lo iba a hacer.

—Gracias.

Lautaro se pasó básicamente todo el domingo en la cama porque lo último que le había quedado del sábado en la tarde no le conformó, para hacer lo mismo que él me fui en la noche después que nos despertamos por segunda vez en el día y el domingo no quiso hacer nada más que ocultarse de sus papás en su cuarto.

No me dejaba claro lo que pretendía con Sebastián pero tampoco consideré que fuese el momento, lo bloqueé como me lo pidió y silencié por todo el día a Dante que no dejaba de enviarme mensajes pidiéndome hablar, ese estúpido también se había arrepentido de pasarse conmigo cuando me negué a estar con él.


Tuve universidad el martes y entré cuando supe que Dante había terminado su horario de trabajo, no estaba enterada si también tenía clases pero me escabullí con cautela cuando lo vi en el pasillo de la entrada, no quería hablar a pesar que insistía para que lo hiciéramos, probablemente ni él se había dado cuenta de lo que sucedió el viernes en la noche y sólo le bastaba arrepentirse, pero más que unas disculpas no me interesaba aceptar así que no era necesario hablar.

¡Va a ser mío!Where stories live. Discover now