DECISIONES IMPORTANTES

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-¿Revisaste en el tocador? –Preguntó la azabache mientras se giraba para ayudarlo a buscar el sobrerillo plateado, metió las manos debajo de la almohada y encontró algo que tal vez animaría al rubio- Oh, buscas esto...

-Eres grandiosa...-dijo mientras lo tomaba entre sus manos y sonreír algo emocionado- A-Ahora cúbrete los ojos, no es algo que aun debas ver...

-Pero, nos casaremos...-La azabache rió un poco- Algún día te veré desnudo por completo...

-Exacto, pero hasta ese momento debes tapar tus ojos...-el sobrecillo hizo un sonido particular, luego escuchó bultos pesados caer al piso y posteriormente sintió como se mecía la cama mientras Adrien jadeaba un poco- Ya casi termino... Listo...

-Bien....-se destapó los ojos y estiró sus brazos mientras Adrien la abrazaba y la besaba. Era el momento clave, ambos querían esto y se habían preparado casi toda su vida para consumar un amor como este.

Por otro lado, en el ascensor del rascacielos Italiano de la ciudad de Londres dos almas se entregaban a la lujuria, ya estaban desnudas y se brindaban caricias mientras danzaban al compás de sus corazones. Bartolomé tenía cogida de la cintura mientras ella movía sus caderas sobre él y se besaban. De pronto el ascensor comenzó a funcionar y cuando la puerta se abrió mostraron ante los conserjes a dos chiquillos teniendo su primera vez en el ascensor y como era de costumbre llamaron a la policía para que estos exhibicionistas fueran arrestados. Pero eso no importaba mientras ambos estuvieran juntos y solos en una celda de las comisarías de Londres.

Se sentaron cada uno en un extremo de la celda y se miraban desde allí como si el fuego emanara en medio de ellos. Y es que no era lejos de la realidad que separados se miraban a tal punto de provocar un incendio que no se extinguiría hasta que no se tomaran. MariaNella en su éxtasis se acercó a Bartolomé y se sentó sobre él para besarlo, sin darse cuenta y en menos de dos minutos el muchacho osado había bajado las bragas de ella y abierto su cremallera para consumar el acto. Le beso el cuello mientras ella sonreía y sin previo aviso entró en ella para así mantenerse toda la noche, callados, sin hacer ruido. Amándose en silencio como si fueran ladrones saqueadores de tesoros. Se besaron mientras comenzaban a sudar. Ni siquiera se habían sacado las ropas y era mejor así.

-Deberíamos llamar a Adrien después de esto...-dijo Bartolomé mientras le susurraba en el oído y acariciaba las nalgas de ella bajo el vestido.

-No me quites la inspiración...-Marianella mordió sus labios previniendo que saliera un gemido producto del movimiento de caderas de Bartolomé- ...Deja de hacer eso, sabes que no puedo gritar...

-El chiste es que te contengas, Amore mio...-dijo él riendo bajo para que nadie viniera a verlos- Esperemos al alba...

-Corramos al ocaso jun..tos...-aguantó un gemido María Antonella mientras lo besaba.

Marinette, pensaba que Adrien y ella eran una pareja normal. Una de diecinueve años explorándose el uno al otro. En un recuento de lo que hacía, Adrien estaba explorando cada centímetro de su piel. Primero comenzó por sus muslos mientras que con la otra sostenía la espalda de ella para besarla. Comenzó a subir sus grandes manos hasta la cintura. Adrien se deleitó con las finas expresiones de Marinette, pasó uno de sus dedos suave y tortuosamente por su abdomen hasta llegar al centro de los pechos, donde lo esperaron dos manzanas jugosas y acarameladas. Los labios rosados de Marinette se entreabrieron para dejar salir la melodía del santuario de Afrodita, un suave gemido. Adrien sonrió besando su cuello, ella le tomó de la nuca para implorar no se separasen. Las uñas de Marinette se incrustaron en la espalda del guerrero de Ares y sobrino de Apolo, la fuerte y ancha espalda de Adrien fue marcada por las delicadas y fuertes manos de Marinette.

The Best Friends ||Adrianette||Where stories live. Discover now