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Hubo alguna vez un hombre anciano, criado en los mágicos y místicos bosques del pueblo de Vacceos. Este carismático personaje era descrito por los pueblerinos como un hombre de mayor edad, que sagradamente iba a talar los bosques con su hacha y volvía con leña para el pueblo y su hogar, cercano a las montañas, en lo profundo del bosque. Su cabellera brillante como la plata resplandecía al frío sol de invierno, y en verano a este curioso sujeto, no se le veía mucho. nadie sabe con exactitud en que parte del bosque está su hogar, o si realmente tiene uno, pero de lo que todos estaban seguros, era que el señor Owen recibía una visita todos los solsticios de invierno sin falta por una adorable chica, que todo el pueblo conocía con el nombre de Enia.

MicrocuentoWhere stories live. Discover now