- ¿Serás como mi superhéroe? – Asiente orgulloso, rio – Suerte compitiendo contra capitán américa – Su cara se contrae - ¿Qué? Es sexy – Me encojo de hombros – Y ¿Ahora no te fías de ella? No parecía pensar así cuando devorabas su boca – Observa la galleta extrañado ¿La está examinando? ¿Qué hace?

- ¿Celosa? – Carraspea un poco – Ella me beso ¿Qué podría haber hecho? Estaba borracho – Revoleo mis ojos, tose de nuevo – Dime algo ¿Qué tenían las galletas?

- Nutella – Ahora si estoy preocupada, su carraspeo se volvió constante buscando alivianar la picazón de su garganta - ¿Daniel, que tienes? – Lo tomo por los hombros.

- Soy alérgico a la nutella – Dice casi ronco. Mis ojos se expanden alarmados y saldo disparada a la habitación de mis padres por el botiquín de primeros auxilios

– Tomate esto – Le ofrezco una pastilla mientras le doy mi termo de agua - ¿Mejor?

- Dame un tiempo – Comienza a respirar pausadamente, su cara poco a poco va tomando el color que tenía antes.

- Lo siento, yo... En serio no sabía, a todos les gustan estas galletas yo... no quise de verdad – Respondo apenada.

- Hey – Alza mi barbilla con su dedo – No pasó nada ¿Está bien? Por suerte se resolvió a tiempo, no fue tu culpa

- ¿Alérgico a la nutella? Nunca había escuchado algo como eso ¿Eres un Aliens o algo asi? – Me levanto exasperada de la cama - ¿Te das cuenta que no sabemos nada uno del otro? Esta relación no va a funcionar y no llevamos ni un día – Bramo.

- Annie, estamos saliendo, no es como si nos fuésemos a casar – Se levanta hasta quedar frente de mi – Conozco lo suficiente de ti para querer estar a tu lado, lo demás no importa

- Pero, casi te mato

- Ya ves que no sucedió – Acerca sus labios lentamente a los míos, sintiendo su aliento en mi boca.

- Daniel, hablo en serio, yo... – Roza sus labios con los míos, olvidándome por completo lo que quería decir, mi corazón se agita con ese simple gesto.

- ¿Puedes callar y besarme? Tengo todo un día sin besar a mi chica – Toma mi cara entre sus manos para sellar por fin, sus labios con los míos y empezar ese juego lentamente de mis labios con los suyos, robándome más de un suspiro – Ok, hagamos algo ¿Qué te parece si por cada letra del abecedario decimos algo referente a nosotros?

- ¿Con cada letra del abecedario? – Asiente. Que extraño.

- Serán veinte siete cosas que sabré sobre ti – Me dedica esa sonrisa ladeada que me enamoro desde un principio – Empecemos: A. Las ardillas me asustaban de chiquito

- Amapolas, mis flores favoritas son las amapolas – Rio por lo absurdo y divertido que será esto, me señala dándome el pase para hablar – B – Pienso – De pequeña tenía la ilusión de aprender ballet – Sonrió – Ilusión que se fue por el desagüe al ver como una niña sangraba al ser partida de una manera agh – Me remuevo con escalofríos al recordar tal escena, tal vez solo era su inicio a la pubertad pero, Hey ¿Cómo le dices a una niña de cinco años que no fue culpa de la maestra el motivo de su sangrado? Desde ahí no volví a ir más – No te rías, tarado. Tu turno – Muerdo mi labio para evitar reír.

- Me gustan tus besos – Me toma de mis caderas para acercarme a él de manera coqueta.

- No seas menso – Bajo mi mirada, avergonzada.

Esta soy yoWhere stories live. Discover now