Capítulo 4

4.3K 476 33
                                    

4; infantil.

Nozomi se arremangó su camisa y se acomodó los lentes, por suerte Reiji al fin había aceptado dejarla cocinar -aunque solo cocinaría algo para ella, y si Ayato le pedía, también le haría algo a él-. Observó con suma seriedad los ingredientes que necesitaba y agarro los huevos para sacarlos del cascarón.

— ¿Intentas cocinar?

Mientras Nozomi ahora intentaba controlar su corazón gracias al susto, Ayato la miraba con suma intriga a su lado. Luego ambos observaron los huevos rotos y esparcidos por el suelo.

«...Ahora dudo que Reiji me de permiso para entrar aquí...»

Nozomi sintió su corazón estrujarse al pensar en aquello.

— ¿¡Cómo se te ocurre asustarme!?— le chilló al pelirrojo.

Él hizo una mueca, bastante ofendido.

— ¡Yo no te asuste, solo te hable! ¡No es mi culpa que no escucharas! — le respondió el pelirrojo indignado con ella.

Nozomi suspiró.

— Solo quédate ahí y no toques nada. — le ordenó al pelirrojo.

Busco algo para limpiar y se agachó mientras pensaba en que ocurriría si Reiji se enteraba de esto -había que reconocerlo, Ayato nunca se quedaba callado-. Luego terminó de limpiar y fue a botar lo que utilizo. 

 — ¿Qué estas haciendo?

  Ayato no respondió. Nozomi se acercó a él y se puso a su lado, mientras observaba lo que Ayato había escrito...con harina.

  — No ensucies más. — gruñó molesta.

  — Cállate.

— Me callare cuando dejes de ensuciar.

  — ¡No dejas a Ore-sama concentrarse, así que silencio! 

 Nozomi agarró un puñado de harina y la esparció con brusquedad por donde Ayato estaba escribiendo, haciendo que el pelirrojo abriera la boca y la observara con mala cara.

— ¿Por qué eres tan infantil? — le preguntó ella de mala gana.

— Pir qui iris tin infintil. — se burló el pelirrojo.

Nozomi hizo un ruido con la boca bastante molesta.

 — No tiene caso discutir contigo. —murmuró mientras limpiaba lo que Ayato y ella ensuciaron. Luego lo botó al basurero.

 — Hasta que lo comprendes, Ore-sama siempre tiene la razón... — Ayato siguió parloteando sobre lo grandioso que era él.

— Si tu lo dices.... — murmuró ella sin prestarle mucha atención y salía de la cocina.

  — ¡Oye, espera! ¡No dejes hablando solo a Ore-sama!

 

Imperfection.『Ayato Sakamaki』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora