—Sí, ¿vos vas a ir?

—No sé, no quiero arruinar tu momento y si voy se va a poner nervioso.

—Andá. —le pedí sonriendo ante esa idea que cruzó mi mente en un segundo. —probémoslo, yo lo voy a besar y seducir frente a vos, quiero ver qué hace.

—Me gusta cuando sos perra. —dijo y ambos nos reímos, yo por lo bajo porque no quería que Dylan se despertara.


Tuve que pedirle a Dante que siguiera manejando hasta por lo menos salir del frente de mi casa, no quería que mis papás por casualidad abrieran la puerta y me vieran teniendo sexo con un chico en el auto, así que accedió y esperó a llegar al estacionamiento de la playa donde antes de recibirme en su regazo, se desabrochó el jean bajándoselo un poco. Su desesperación me hacía reír, pero él no estaba en condiciones de aguantar eso, así que cedí a lo que quería y después de torturarlo un poco más poniéndole el preservativo, me senté sobre él y empecé a moverme hasta hacerlo gritar por mí.

Comenzaba a crear la teoría que le gustaban ambas cosas, le gustaba que se la metieran pero no sería capaz de dejar de disfrutar meterla, y probablemente Lauti tuenía razón en que hacer un trío era buena idea, pero yo no podía imaginarlo más que volviéndose loco por no saber qué absorver de los ambos sexos.

Volver a verlos a todos los chicos me alegraba, y me di cuenta que también me gustaba verlo a Lauti ahí, no sólo por nuestro plan si no porque ya teníamos una confianza más establecida y me sentía más cómoda por tenerlo a él y a Thiago en el grupo. Dante por su parte no parecía sentir lo mismo, pero accedió a todo tipo de insinuación mía incluso cuando me senté en su regazo y después entre sus piernas.

—Dale te toca Tuti, la última vez que tuviste sexo. —preguntó Miguel. Por alguna razón empezaron a hacerse preguntas sexuales, o empezó Lautaro para ponerlo nervioso a Dante y complicármela a mí, porque cada vez parecía alejarme más.

—Hace un par de días, no sé si fue martes o miércoles.

— ¿Y vos Cali, cuándo fue la última vez que tuviste sexo? —me preguntó Lauti y yo quise reírme, pero lo aguanté incluso con él mirándome divertido.

—Hace... una hora.

Empezaron a aplaudirme y a festejar eso, felicitándolo a Dante porque sabían todos que habíamos llegado juntos, él sonrió pero no estaba a gusto y yo quería reírme de eso, era evidente que no aguantaba tenerme a mí y a Lautaro en el mismo espacio, diría incluso que se empezaba a sentir mal.

— ¿Y vos, cuándo? —le pregunté yo a Lauti, él hizo una mueca con superficialidad.

—Hace dos horas, por hoy me ganaste.

Yo me reí y los chicos también lo burlaron a pesar de nuestro código, pero al verlo a Dante su expresión había enseriado, para no reírme de él y de todo lo que la situación ameritaba le ofrecí irnos a caminar y aceptó hacerlo dándoles la espalda a todo su grupo de amigos.

—No sé si debiste decir que fue hace una hora, más que nada porque...

— ¿Es malo?

—No, pero tampoco soy muy participe de contar mi vida privada.

—Ah perdón, no pensé que te iba a molestar.

—Está bien, pero no lo hagas más, prefiero que preservemos nuestra intimidad. —me dijo y yo asentí intentando no burlarme de eso, me causaba gracia su postura tan insegura. —Hoy... bueno mi papá y Bety se fueron de viaje a visitar unos parientes y Aldana se queda con unas amigas, yo estoy solo así que... si querés podemos ir a mi casa.

¡Va a ser mío!Where stories live. Discover now