Capítulo 2

31 3 0
                                    

Capítulo 2

Enero del 2001

Recuerdo que la primera mañana del año fue más fría que todas las del año anterior. Recuerdo haber hecho mi rutina de mañana, no, no era la rutina de año nuevo, si no la rutina de las mañanas. Eran más cortas, más aburridas contando que estábamos en vacaciones y que no volvería a la rutina de clases hasta dentro de algunas semanas.

Me levante y recogí la taza de la noche anterior y mire por la ventana a mi árbol que ya no resplandecía como antes, las velas se habían consumido en la madrugada dejándome dormir en paz. Quería volverlas a prender, era la sensación que tenía siempre a la otra mañana de haberlas visto resplandecer, pero solo era una vez al año, en un momento determinado.

Me prepare un desayuno de lo más gigantesco como a mí me gustaban, con mucha miel, con muchos waffles y lo disfrute al máximo, de chicas siempre me habían enseñado lo que era un buen desayuno así que había seguido con el hábito de comer uno muy grande aunque ya nadie me lo preparaba, eso lo hacía un poco más especial, pero las cosas cambian.

De repente me percate de los tacos de aguja en la entrada, se me cerro el apetito al instante y no pude disfrutar más esa mañana. Los escuche golpear contra la madera blanca del suelo, eran pocos golpes lo que significaba que estaba caminando lento por culpa de una borrachera, no eran suaves, lo que quería decir que estaba enojada porque no había conseguido que nadie la acompañara a casa. Escuche los tacones ser tirados a una esquina de la sala y a mi madre caer sobre el sillón para poder dormir, fue cuando la escuche roncar que mi respiración volvió a ser normal.

-Bueno, nunca has esperado mucho de ella, Anna, no se para que te sorprendes- Me dije a mi misma lavando los platos del día anterior- Has desperdiciado un desayuno entero, maldita rubia- Repetí retándome, mientras trataba de ver el lado positivo a la situación, pero la verdad que era difícil.

Era la Anna de 10 años cuando veía que mi madre estaba en ese estado, era volver a ser la Anna de hace 7 años. Y esa Anna no me gustaba.

Trate de hacer el menor ruido posible cuando me bañe, sabía que Mary Ramsey la reina de la casa me cortaría el cuello si la despertaba de su dulce sueño, por lo que me bañe con agua casi inexistente y poco caliente por la reina abeja. Luego volví a mi habitación para tratar de encontrar algo decente en ese armario, si se le podía decir armario.

-Pantalones de algodón, camisas a cuadros, camisas de jeans, botas- Dije viendo toda la ropa- Maldita sea Anna nunca has pensado en comprarte otra ropa ¿no?- Me dije suspirando.

Ese día iba a pasar todas las horas posibles en la casa de los Falckner, sabía que toda la familia tenía ganas de verme. Me había apegado tanto a ellos que ya era como una hija, hermana, prima y sobrina más de esa familia. Iban a estar todos, Wini me lo había dicho y yo no podía ir como si estuviera por ordeñar, cosa que no hago, pero eso parece. Luego de mucho buscar encontré unos jeans claros que no sabía que existían, eso cambiaba un poco mi apariencia ya que como no tenía más ropa me puse mi camisa de cuadros roja y mis botas negras.

-Por lo menos se te ve un poco el culo- Dije mientras me miraba en el espejo grande que tenía en mi habitación.

Llego la tarea desagradable de la mañana, que era maquillarme. No me maquillaba nunca, no veía la necesidad cuando trabajaba y tampoco cuando iba a la escuela, pero los Falckner eran otra cosa. Ellos podrían decir que sus reuniones familiares eran informales y podías venir en pijama pero al ver las hermosas chicas Falckner esa frase quedaba en el olvido. Saque las pinturas y como una manca me puse todo lo que tenía que poner, era impresionante que pudiera haber pintado el contorno de mis ojos sin habérmelo sacado. Tenía que admitir que el maquillaje resaltaba el azul de mis ojos, pero eso nunca importaba si todos los días tenías que trabajar en una maldita tierra.

Los Ojos de Anna (Serie Falckner #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora