Capítulo 4

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Había pasado una semana. Una mísera semana, donde un montón de cosas pasaban por su cabeza. Le daban ganas de gritar, de golpear y un montón de cosas más que no lograba entender. Era como si algo en su cuerpo quisiera salir a flote.

Así es como se ha de sentir una persona poseída, seguramente.

Trató de calmarse como por décima vez en el día.

Debía ir a los entrenamientos. No podía saltárselos.

Cuando logró calmarse, partió al campo. Allí, estaban sus amigos esperándole.

-Perdón por la tardanza. Habia perdido mi escudo, jeje.- Rió nervioso.

-No te preocupes. Acabamos de llegar.- Dijo Ritsu.

Así, empezaron con el entrenamiento. Pero Nagisa no se encontraba bien. De nuevo sentía como alguien -o algo- quería salir de su cuerpo.

No podía aguantarlo. Estaba cada vez más mareado. Sentía que se desmayaría en cualquier momento, y no tardó en hacerlo.

Sus amigos, al verlo tirado en el suelo, se preocuparon. Karma, viéndolo indefenso, corrió hacia él y lo tomo en brazos estilo princesa.

Nagisa estaba pálido. Más de lo que ya lo era. Lo examinó con la mirada. Algo se asomaba bajo la delgada polera.

Algo verde y áspero a la vista. Se asustó. De verdad que lo hizo, y corrió a la casa de Dioniso.

-¿¡Qué creen que hacen!?- Gritó Dioniso desde su escritorio.

Cuando observó que dejaron a Nagisa en uno de sus sofás, se paró y corrió hacia él.

-¿Puedes explicar esto?- Dijo Karma para tomar el cuello de la polera del peliceleste y bajarla, haciendo que se muestre la extraña piel de esa zona.

-Ugh. No pensé que esto pasaría tan rápido.- Contestó. Se paró, buscó un frasco y un pañuelo y lo remojó. Ese líquido fue a parar cerca de la nariz del más bajo y éste despertó un poco alarmado.

-¿Qué sucedió?- Preguntó un poco más recompuesto.

-Te desmayaste.- Le respondió Itona.

-Nagisa.- Llamó Dioniso. Él nombrado le miró. -¿Desde cuando tienes esto?- Señaló la parte de piel verde.

Nagisa, al principio no supo bien que contestar.

-Eh... desde siempre.- Dijo sin más. Todos le miraron extrañados. -Papá dijo que era una extraña enfermedad donde mi piel mutaba. O algo así era.- Hizo una pausa, pensando. -Aunque si es cierto que desde que Karma me tiró al agua, ha crecido un poco más.-

-Espera, espera. ¿Has dicho que Karma... éste karma, te tiró al agua?- Preguntó señalando al pelirrojo.

-Eh... si...- Ante la respuesta, Dioniso golpeó a Karma.

-Bien. Todos ustedes fuera de aquí. Nagisa, tenemos que hablar.-

Dicho eso, Ritsu e Itona se despidieron de Nagisa y salieron. Karma al principio dudó. ¿Qué clase de cosas podría hacerle ese viejo pervertido al pobre de Nagisa? Pero sin más, tuvo que salir.

-Bien, Nagisa. ¿Sabes lo qué es una profecía?- El nombrado asintió. -¿Y una reencarnación?- El peliceleste volvió a asentir.

-Bien, Nagisa. Queda poco para que vuelvas a tu forma natural. Definitivamente eres el de la profecía. Como dudarlo.- Se reclamó así mismo. -Eres el único con las características.-

-¿Qué características?- Cuestionó a lo bajo. Dioniso no le respondió. -¿¡A qué características se refiere!?- Le gritó un poco desesperado.

Hijo De Atenea [Karmagisa] CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora