Capitulo 23

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Sentada en el sofá del living, observé feliz mi vientre algo voluminoso, haciendo pequeñas caricias en ella.

No podía creer que haya crecido tan pronto, ya se notaba un poco mi voluptuosa barriga. Además que he comido como nunca antes, he tenido que estar alimentándome por dos, porque realmente este bebe me da más apetito de lo normal.

Hablando de comida... se me antojó un cubo enorme de exquisito helado de vainilla, se me hace agua la boca tan solo pensar en eso.

Abrí el congelador; sacando el pote de helado para luego buscar un cucharon, introduciéndolo en ese celestial componente, embutiendo aquello a mi boca, lamiendo mis labios al quedar restos de esa delicia.


-Esto si que es el paraíso-exclamé embutiendo otra cuchara de helado a mi boca, saboreando cada trozo, que luego desvanecía al bajar por mi garganta hacia mi estomago.


Camine por el pasillo en dirección a mi habitación, cuando estaba por subir el quinto peldaño, escuché el sonido del timbre cambiando mi rumbo.


-Quien es aquel que se atreve a interrumpir mi glorioso día... -Quejándome abrí la puerta de entrada. Callé de inmediato al percatarme del sujeto que se encontraba ante mis ojos.- Oh Justin. Perdóname, no pensé que eras tú.

-Tranquila. Creo que me equivoque de horario, si quieres regreso más tarde... - Me miró desolado, bajando la mirada para retirarse.

-¡Espera! ¡Justin! –Exclame tomándolo del hombro, sintiendo mi tacto, frenó quedando paralizado por unos segundos. Miró donde yacía mi mano y giró permaneciendo a centímetros de mi rostro. Observó mis facciones lentamente bajando hasta mis labios. De pronto sentí su cálida mano acariciando dulcemente mi mejilla con las yemas de sus dedos, lo hacía tan delicadamente, como si me fuera a quebrar.

Alcé la mirada fijándome en sus ojos, aquel par que me hicieron suspirar cada vez que me observaban con atención y encanto, que tanto me embelesan. Esos hermosos ojos color miel, que cada vez que los veía me provocaban cosas inexplicables, que hasta hora me sucedían al tenerlos cerca de mí.

Justin acercó sus labios a los míos que se encontraban entreabiertos por lo choqueada que estaba. Le seguí el beso. Moviendo mis labios, dejando entrar su lengua. Se sentía tan bien volver a probar aquellos labios que tanto reclamaba.

Las mariposas volvieron, comenzando a revolotear por mí estomago.

Mi corazón se aceleró.

Los nervios, el cambio de mi respiración siendo más acelerada de lo normal, los pequeños nudos que se formaban en mi estomago, todo me sucedía cuando él se encontraba cerca...


Mis sentimientos... están regresando...

Esto no puede estar pasando. Esto no debe ser así.

Pero no puedo...


Me separe de él, abriendo los ojos lentamente percatándome que él me observaba con cariño. Formándose un nudo en mi garganta evitando que tragara.


-Eres hermosa y siempre lo serás Carrie. Recuerda siempre eso- Se separó de mi disgustado, al parecer quería permanecer nuestra cercanía al igual que yo.

-Justin...-intenté decir pero las malditas palabras no me nacían.

-Yo... -Bajó su cabeza afectado- Me voy...

¿Qué?

-Yo necesito... yo debo irme-se corrigió negando con la cabeza- Por eso vine aquí, a despedirme, espero no haberte molestado.

-Bieber, tú no puedes... no puedes irte- sentí la picazón en mis ojos, provocando que de ellos cayera una lagrima, deslizándose por mi mejilla izquierda.

-Carrie, ya esta echo. Mis cosas, el avión... ya están listo.- Trató de sonreír pero no lo logro, despeino su cabello frustrado por lo que estaba pasando. Al parecer, para él era más difícil esta despedida.- Por eso vengo a decirte. No quise hacerlo antes, porque sabría que tú no querrías y eso me provocaría que te obedeciera y no era lo correcto para los dos.

Tú está felizmente comprometida con el hombre de tus sueños, tu príncipe azul... el padre de tu pronto bebe- Dijo lo último algo inaudible.


No podía creer lo que estaba sucediendo, al escuchar aquellas palabras, mi corazón se hizo pedazos.

Yo amaba a Justin, le tenía demasiado cariño, pasara lo que pasara, siempre estaría para él y nunca cambiaria de opinión. Él me hizo sentir y ver cosas que nunca en mi vida había experimentado, me enseño cosas nuevas, me enseño hacer una persona a la cual quererse a sí misma. Todos esos pequeños detalles hicieron de mi una persona feliz y segura, por eso yo estoy agradecía que él haya llegado a mi vida. Porque sin él... no sería la persona que en estos momentos estaría parada aquí.


-Por eso decidí despedirme unas horas antes de mi ida.


Antes de que se alejara de mí, me abalance sobre él, abrazándolo sin soltarme, pensando que así no se iría, pero eso era imposible. Justin al sentirme de nuevo cerca de él enrollo sus brazos alrededor de mi cintura, como si su vida dependiera de ello.

Quedamos por un buen tiempo en aquella posición, ninguno de los dos quería separarse, pero obligándome a no sufrir más, retrocedí desasiéndome de sus brazos.

Justin me miro por última vez cabizbajo, alejándose de mí y pronto de esta ciudad... y quizás... para siempre de mi vida.

Al tan solo pensar en eso, mi corazón dio un vuelco, afligiéndome por completo.


Esto no puede ser así...


Corrí tras de él, cruzando la calle, gritando su nombre repetidas veces.

Se giró con su ceño frunciendo al no saber quien lo llamaba; pero al verme, su labios se curvaron formando una sonrisa que de pronto se esfumó, corriendo hacia mí apresuradamente, gritando mi nombre.

No entendía nada de lo decía al estar tan embobada, en tan solo pensar en llegar a sus brazos, sin dejarlo irse jamás, pero volví a la realidad al escuchar una bocina. Miré de donde provenía aquel molesto sonido, pero fue demasiado tarde.

Mi cuerpo cayo al frio cemento, rebotando en ella mi cabeza. Mi cabeza daba vueltas sin saber lo que estaba ocurriendo; estaba perdida y aturdida, mis ojos se encontraban entreabiertos sin poder ver con claridad, solo sentía un dolor inmenso en la parte baja de mi cadera, no podía moverme, no sentía mis piernas, no sentía mi cuerpo... De pronto todo se volvió negro, quedando completamente inconsciente.


Mi Bailarina /2/ J.B. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora