【Solløzos】

Capítulo I: Depresión.

Hace mucho no escribía, asi que probablemente hayan ciertos errores gramaticales porque mi única herramienta actual es mi celular.
Bueno, este fanfic está inspirado en un manga Hentai que leí hace unos días, NO es una versión. Con eso aclarado, disfruten.

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Cada día su soledad aumentaba, gracias a esto su independencia emocional excedía sobre el límite de salud mental; llevando consigo una ansiedad inesperada y que no conseguía entender.

Para sí mismo, él no se consideraba alguien solitario, a pesar de recibir constantemente el desprecio y ultraje de sus hermanos, los amaba y se auto-infringía las mismas oraciones que les dirigían.

"Que patético eres Karamatsu."

"¿Por qué no te mueres?"

No lo sé; pensaba.

Sus días se volvían más monótonos, aburridos y, depresores. El vacío en su pecho se agravaba al escuchar, nuevamente, los insultos de sus hermanos siendo el humor del día; rió con ellos y se colocó sus lentes de manera aparatosa para evitar que visualizarán sus ojos aguados, recibiendo consigo de parte el típico insulto.

"doloroso"

Rió nuevamente, intentó susurrar un «Paren, por favor»; pero obviamente, sólo quedó plasmada en su imaginación.

Sus noches eran agobiantes, los golpes accidentales de Ichimatsu no lo ayudaban a consolidar su descanso; se levantaba ojeroso para buscar un vaso con agua y sentarse en frente de ellos hasta que nuevamente estuviera soñoliento. Pero existían escasas veces que lograba volver a su cama, se dormía en el gélido suelo y nadie le despertaba aún viendo el cuerpo temblando de su hermano. Hasta hubo un día su cuerpo no resistió y enfermó tan gravemente que gimoteando con suplicio le pidió a sus hermanos medicina, pero solamente Choromatsu le acogió ayuda y le ayudó por una noche.

A pesar que lo peor de su enfermedad se había reducido, el sufrimiento de la hipotermia le demostraba la soledad que le invadía, el estar sólo en una habitación abrazando sus rodillas para encontrar algo cálido que le reconfortara.

Pasaron dieciséis días exactos desde que se había recuperado, al igual que el día en que fue secuestrado, a nadie le importó su salud en riesgo.

Eran las catorce con nueve para cuando se despertó y se dió cuenta que no se encontraba nadie en casa, había pasado de largo la hora del desayuno. Despertó con amargura, como desearía simplemente dormir para siempre.

Miró con desdén la comida fría en el mesón de la cocina, lo tomó descuidadamente y la arrojó al basurero. No quería comer, en realidad, hace semanas que no comía saludablemente.

Se dirigió al baño de la casa para tomar una ducha fría de hora y media, al desnudarse observó su cuerpo desnutrido y demacrado, tanto como sus muñecas y piernas estaban completamente llena de heridas, le importó poco y entró a la ducha sintiendo las gotas frías recorrer su cuerpo. La sensación de bañarse, de ser limpio; purificado, era lo mejor de su día a día, que tanto como su cuerpo entumecido y su alma humillada sintiera la calma que pedía a gritos.

Pasaron más de 3 horas que el entró, sus hermanos en ese momento ya habían llegado a casa.

—Karamatsu ha estado extraño estos días, ¿no lo creen? —Divagó Osomatsu.

Desde su perspectiva, sentía mucha preocupación respecto las acciones actuales de su hermano, pero su actitud solamente se dirigía en observar y callar.

Pero en ese momento, notó el cruel desinterés que tenían sus hermanos menores respecto a Karamatsu, con solo observar como éstos, aún oyéndole, ignoraron completamente su pregunta.

Se acomodó hacia atrás olvidando esto, en unas hora más iría a acompañar a su hermano, y averiguar qué sucedía en sus pensamientos.

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Tendrá aproximadamente unos cinco o seis episodios, con dos finales diferentes, esto último dependerá. El primer capítulo notablemente tendrá un vacío argumental, pero quiero profundizar más en la perspectiva de cada hermano.

Gracias por leer, bye.