—Vi el video que Lauti subió al instagram, lo van a matar.

— ¿Vos decís?

—Hackeó algo del colegio y por segunda vez, si no lo suspenden es porque también se coge al director. —dijo riéndose un poco, pero a mí no me pareció muy gracioso. —En realidad yo también quería pedirte disculpas, fue una tontería lo que hicieron.

—Sí, pero esa tontería me molestó bastante.

—Sí a mí también, por vos más que nada, no creí en ningún momento que fueras a hacer eso.

—Ay por Dios, es una asquerosidad y no tengo doce años para poner Dante y Cali en algún lado.

—Tenés razón, fue muy inmaduro de parte de Lauti, pero espero que sus disculpas te hayan hecho sentir un poco mejor.

—Supongo.

—No quise llamarte porque no quería molestarte, espero que todo esté bien entre nosotros, me divertí el sábado antes que pasara todo eso y quisiera volver a salir con vos.

—Sí, yo también me divertí. —suspiré aflojando la tensión que sentía con él. —creo que estaría bien, podemos arreglar algún día.

— ¿Te gustan las películas de terror? Va a salir una en el cine y parece que va a estar buena.

—No son mis favoritas, pero si no hay otra me sumo.

—Vayamos a ver esa otra si no, voy a fijarme en la cartelera y vamos ¿viernes a la noche está bien?

—Sí, está bien, ahora... tengo que irme, hablamos ¿sí?

—Sí, chau. —dijo y lo saludé con un beso en la mejilla. Se sintió un poco extraño no estar contenta de ganarle a Lautaro una cita más con Dante, pero estaba bien no creerme ganadora de algo que ahora sabía que él no quería con exactitud.


Un chico que no conocía, se acercó a mí para decirme que el director de la universidad quería hablar conmigo, así que saludé a mis amigas porque llegaban tarde a sus trabajos y no las iban a dejar entrar tampoco y me encaminé a la oficina pensando que mamá había sido la responsable de pedir esa reunión, esperaba que me haya entendido cuando le pedí que no viniera, las cosas al final habían salido bien y parte que haya sido así fue merito de Lautaro, y yo estaba bien con eso.

—Sentate Camila. —me dijo el director y yo me senté al lado de Lautaro, que estaba de frente a él un poco aburrido, al menos su posición desalineada lo demostraba. —Creo que el señor Aguirre tiene algo que decirte...Lautaro, por favor.

—Que perdón. —me miró levantando ambas cejas. —ya le dije que lo hablamos pero el señor Fernández quiere que te lo diga con su presencia, así que discúlpame Camila.

—Sí, está bien, de todas formas tiene razón señor Fernández, Lautaro se acercó a mí hoy temprano y me pidió disculpas, lo acepté.

— ¿Ve?

—Para mí no era suficiente Lautaro, y no porque ella lo haya aceptado vas a salvarte de la sanción, cometiste una acto totalmente ilícito y encima avergonzaste a una compañera frente a todos, y peor, seguís encubriendo a tus secuaces.

—Porque yo fui el responsable de todo, aparte discúlpeme que le diga, pero hola uno, dos, tres, cuatro no es una contraseña muy difícil señor Fernández.

—Eso a vos no te incumbe, y si se dejó lo que subiste hoy todavía es porque todos los alumnos deben esterarse de lo que pasó, sin embargo va a ser eliminado en la brevedad, no tu sanción.

¡Va a ser mío!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora