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Dylan despertó demasiado temprano para iniciar a hacer todo un plan para la cita que tendría con Thomas esa tarde

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Dylan despertó demasiado temprano para iniciar a hacer todo un plan para la cita que tendría con Thomas esa tarde. Escribió cada cosa que harían, fue y busco un obsequio para el rubio y luego se decidió a buscar que ropa usaría.

—¿Puedo pasar?—comentó su madre desde el marco de la puerta.

—Claro mamá, pasá.—respondió el castaño.

—¿Porque tienes toda tu ropa en la cama y regada, O'Brien?—su madre se cruzó de brazos mientras Dylan removía toda la ropa en busca de algo correcto para usar.—¿Dylan?

—Tendré una cita mamá y no se que ponerme.—dijo Dylan y en ese momento se arrepintió de esas palabras.

—¡No puede ser! Mi bebé tendrá una cita ¿Quién es la afortunada?—su madre se acercó a abrazarlo y Dylan se maldijo porque no podía mentirle a su madre, al final sabría la verdad aún que él intentará ocultarla.

—No es afortunada

—Hijo eres alguien maravilloso, claro que lo es.—le respondió su madre.

—No lo digo por eso, es que saldré con un chico.—Dylan se mordió el labio nervioso y se alejó de su madre que lo miraba sorprendida.

—No me habías dicho que eras gay pero eso no importa, ¿es con el chico de ayer? Debí interrogarlo

—Mamá cálmate.—el castaño miró a su madre.—No se si soy gay, sólo me gusta demasiado Thomas, es el único chico que me ha gustado y le pedí salir y ahora no se que usar.—Lisa suspiró y asintió.

—Entonces voy a ayudarte para que te veas muy guapo en tu cita.—el castaño se sorprendió por las palabras de su madre.

—¿No estás molesta? Pensé que me odiarías o algo así.

—Cariño, yo solo quiero que seas feliz y si él lo hará, yo lo apoyo, ahora busquemos algo para que te arregles.

Dylan y su madre buscaron hasta encontrar el atuendo correcto.

[...]

Kaya entró rápido a la mansión Sangster, sin saludar a nadie hasta llegar a la habitación de el rubio.

—Tarde, ¡pero llegue!—dijo la pelinegra tirándose en la cama por el cansancio de correr.

—Genial, entonces ayúdame a decidir que usar.—dijo el rubio y se tiró al lado de la pelinegra.

—No hasta que me cuentes sobre ese beso que se dieron ayer.—dijo pícara Kaya.

—Pero se me hará tarde.

—Cuéntame mientras buscamos la ropa.

—Bien, estábamos platicando en su casa después de ver una película, y nos acercamos mientras hablamos y terminamos besándonos.

—Sí, eso ya me lo dijiste. Pero ¿cómo fue? ¿qué sentiste? .—Thomas río.

—Se sintió dulce, aún sus labios sabían a la soda que había tomado. Fue lento y tierno, me sentí de maravilla y parecía que lo único que importaba éramos nosotros, no quería alejarme de él pero llegaron sus padres.

—¡Oh! ¡Te gusta Dylan! ¡Te gusta Dylan!—empezó a cantar Kaya mientras reía.

—Callate Kaya—dijo el rubio riendo. —Nadie debe saber que me gusta Dylan, perdería muchas cosas.

—¿Y no pierdes algo al fingir que no te gusta?

—¿Como que?

—Como no seguirlo besando.—la pelinegra alzó una ceja, Thomas le lanzó una almohada y la miró mal.

—Demonios, tienes razón pues le dije que no me volvería a besar hasta que me enamorara.

—Pero no dijiste que tu no podías besarlo. Ves, yo siempre soy de ayuda. —Thomas sonrió y se levantó.

—Quizá use esa idea, ahora ayúdame a vestirme bien para mi cita con Dylan.—la pelinegra asintió y lo empezó a ayudar.

[...]

Dylan había llegado cinco minutos antes a la mansión Sangster, en el auto de su padre el cual se lo había prestado, le envió un mensaje a Thomas para avisarle y se decidió a esperarlo.
A lo lejos vio que una mujer elegante se acercaba a él.

—¿Tu quien eres y que quieres con mi hijo?—la mujer se cruzó de brazos y miró serio a el castaño.

—Oh, a de ser la señora Sangster mi nombre es Dylan, un gusto.—dijo Dylan nervioso.

—No es un gusto para mi y no contestaste.—las palabras de la señora fueron interrumpidas por Thomas.

—¿Qué diablos haces madre? ¿Asustando a la gente de nuevo?, ya quedamos que te alejes de con quien hablo.—el rubio se puso frente a Dylan enfrentando a su mamá.—Y ya nos vamos, así que buscate otra cosa que hacer.—el rubio se subió al auto y el castaño imitó la acción un poco avergonzado.

Solo Un Club De Suicidas /DylmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora