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  — ¿¡Tu tomaras el cargo de Natsu!? —Exclamó el noveno con sorna junto a una sonrisa y mirada despectiva hacia el castaño — ¿¡Es que no te das cuenta que no le llegas ni a los talones a tu hermano menor!?

Vociferó, altanero, indicando con sus manos el lugar en el sillón que ocupaba el hermano menor de Sawada Tsunayoshi para hacer referencia a este.

El chico, para desgracia del castaño había entrado en la oficina del mayor en un momento poco apropiado para él, y aún así había seguido con el plan que tenía desde un principio. No podía dejar que Natsu hiciese lo que no deseaba, para eso estaba él, su hermano mayor.

— Haré todo por Vongola y la mantendré a flote. Si me dejas tomar el control prometo liderarla bien. ¡Haré mi mejor esfuerzo! — Exclamó ahora el castaño, efusivo, cerrando sus parpados con fuerza.

— ¿Acaso crees que por poner esfuerzo todo se resolverá? — Preguntó el mayor, irritado y sobando su cien para calmarse — Si te dejo la organización lo mas probable es que esté arruinada dentro de una semana — Añadió.

 — ¡Pero Natsu no desea hacerlo! — Contraatacó Tsuna para darle mas valor a su proposición.

Enseguida ambos dirigieron su mirada al de cabellos marrón; el mayor exigiendo que desacreditase lo que Tsunayoshi decía, el castaño imploraba que diera a conocer sus deseos ante su abuelo. Resultó finalmente que el aludido ni siquiera les escuchaba , solo descansaba su peso sobre el sofá mientras observaba el suelo ensimismado, seguramente pensando en algo de su propio interés.

 — ¡Natsu! —Le llamó el noveno, a lo que él alzó la cabeza enseguida, obedeciendo a la voz autoritaria del viejo — ¿Es verdad que no quieres ser el Décimo Vongola? — preguntó con aspereza.

El rostro del menor palideció por unos momentos para luego dirigir una mirada afilada y rencorosa hacia su hermano y negar con elegancia a la pregunta en un leve gesto de cabeza. Nono suspiró aliviado y el castaño se sintió estúpido. Muchas dudas se le prendaron entonces y se sometió a segundos de negación en que le faltó el aire; la razón le decía que ya no había forma de salvar a su hermano de convertirse en el muñeco del viejo, la emocionalidad pedía a gritos la consideración que en esos momentos se le negaban, su hipótesis era la mas esperanzadora de todas, solo necesitaba tranquilidad y hablar el tema luego seriamente y a solas con su hermano.


Noir RoseWhere stories live. Discover now