— Pero ¿Dónde debo ir? — Preguntó — ¿Por qué debo escapar? — Antes de que Kyle pudiera responder, Chad salió de una puerta que estaba al lado de ellos.

— Kyle, ya se fue ¡Es nuestra oportunidad! — Decía Chad aliviado. Cuando vio a Lana, se sobresaltó — Señorita Lana ¿De dónde salió?

— Pues, desperté en mi habitación confundida y quise bajar a ver qué sucede... — Dijo Lana.

— ¿Estuvo en su habitación todo este tiempo? — Dijo con voz temblorosa. — Pero... ¿Cómo es que no la vimos?

Antes de que Lana pudiera responder, escuchó un fuerte sonido venir de la cocina. La niña, automáticamente abrazó a Kyle por el susto. Chad y Kyle intercambiaron miradas y luego asintieron. — ¿Qué sucede? — Dijo Lana temblando.

— No se preocupe, señorita. — Dijo Kyle mirando la cocina. — Chad, ve a ver tu... — Chad solo se limitó a asentir y entró a la cocina con cautelo. Lana intentaba ver lo que ocurría, pero tenía tanto miedo que por más que intentara estirarse, más se ocultaba tras Kyle. Se pudo escuchar, como se cayeron varias ollas al suelo, pero no se escuchó nada de Chad. — ¿Qué estará pasando? — Se preguntó Kyle. Se giró a ver a Lana. — Tengo que ir a ver.

— ¡No! No vayas, han estado pasando muchas cosas y no quiero que me dejen sola. — Sollozó Lana.

— No se preocupe, todo irá bien — Dijo Kyle —, nadie saldrá herido. — Kyle hizo que Lana se separara de él y fue a la cocina a ver qué ocurría. Lana intentó acercarse un poco para al menos oír lo que ocurría dentro de la cocina. Se escucharon más ollas caerse al suelo, haciendo que Lana se sobresaltara.

— ¿Kyle? ¿Chad? — Llamó Lana con un hilo de voz. — ¿Qué ocurre? — Lana asomó la cabeza para ver lo que ocurría: Pudo ver a Chad y Kyle siendo ahorcados por unas cuerdas que salían de distintas direcciones, y en el suelo, estaba Rex de peluche parado frente a ellos.

— Solo se los digo una vez más... — Decía Rex. — Si me dicen dónde está Lana, nadie saldrá herido... o muerto — Dijo con una sonrisa malévola.

— Ja...más — Dijo Chad con dificultad.

— Pre...ferimos... ¡Morir! — Dijo Kyle con bastante dificultad.

— Si ustedes lo prefieren... — Continuó Rex — Morirán. — Rex se puso a flotar, y de sus mangas comenzó a salir una clase de energía oscura. Lana corrió hacia ellos.

— ¡No, por favor! — Gritó Lana llena de lágrimas — ¡No los mates! — Los gemelos al ver a Lana, querían que esta solo se fuera de aquí.

— Oh, pues veo que ella si es obediente — Dijo Rex deteniendo esa energía — ¿Por qué tienen 2 mayordomos? Si ni siquiera siguen las órdenes. — Con un movimiento de brazo que hizo Rex, las cuerdas soltaron a los gemelos y ambos cayeron al suelo.

— Señorita Lana... — Jadeó Chad — No vaya con ese muñeco del demonio... — Kyle se sentía terrible en aquel momento.

— Pues no puedo dejarme a los tres aquí — Dijo Rex

— Pues llévame a mí, que por mi culpa estas aquí — Dijo Kyle finalmente.

— ¿Tú? — Rex comenzó a reír. — Estoy en esta mansión de hace años, incluso antes de que estén todos ustedes, tu solo me ayudaste a ser liberado. — Chad abrió los ojos como platos.

— Entonces tú eres el encargado de la desaparición de... — Decía Chad

— Si, yo fui quien hizo desaparecer a Frederic Hamilton. — Dijo Rex. A Lana le dio un cosquilleo ¿Frederic no era el nombre de su muñeco? Al menos así lo llamó, pero para acortar, lo llamaba Fred. — Más bien, haré lo mismo con Lana. — Continuó Rex con una sonrisa. — La transformaré en una muñeca como lo hice con Fred.

— ¿¡Qué!? — Gritó Lana

— Así es Lanita, tu muñeco solía ser el antiguo dueño de esta sucia y vieja mansión. — Dijo Rex entre risillas.

— No puede ser ¿Cómo? Es decir... ¡No! — Lana no podía entenderlo, estaba temblando y sudaba demasiado.

— ¡Lana! — Gritó Chad. Lana miró al mayordomo — ¡Corre, ahora!

— ¿Pero qué hay de ustedes? — Dijo Lana, ya llorando.

— ¡Solo corre, por dios! ¡Corre! — Gritó Kyle.

— Me tiene harto. — Dijo Rex. El muñeco movió su brazo y las cuerdas tomaron nuevamente a Chad y Kyle, ahorcándolos nuevamente. Lana hizo caso y salió corriendo fuera de la cocina, corrió hasta subir las escaleras y llegar a su cuarto. Cuando Lana llegó a este, se encerró dentro. El suelo comenzó a sentirse como gelatina otra vez, llevándose a Lana al otro mundo una vez más.

— No otra vez... — Lana se desmayó una vez más.

Lana despertó en el camino de tierra otra vez, pero más confundida y asustada. — Tengo que volver y ayudar a Chad y Kyle de alguna manera... — Decía Lana para sí. En aquel momento, se escuchó algo entre los arbustos que hizo que Lana se girara rápidamente asustada. — ¿Quién es? — Dijo Lana tragando saliva.

— No te asustes — Dijo una voz masculina —, soy yo — De los arbustos, salió George, el gato de peluche que era mascota de Fred.

— ¿George? — Dijo Lana aliviada — Es bueno ver a alguien amigable...

— No me puedo imaginar todo lo que estás pasando, Lana — Dijo el gato con preocupación —. Debe de ser terrible todo esto... Pero no hay tiempo para charlas, necesito que sigas.

— ¿A dónde?

— Volverás a la caja musical.

— ¿Qué? Jamás iré a ese lugar otra vez, no quiero... — Lana se alejó un poco de George.

— Tienes que hacerlo, para ayudar a Fred y matar a Rex

— ¿Yo? George, solo tengo ocho años — Dijo con lágrimas —, si intento matar a Rex, él me mataría primero y después a Fred...

— No si eres la diosa. — Dijo George con una sonrisa — Lana, no estarás sola, créeme

— ¿Y quién me querría acompañar a semejante infierno? Nadie — Lana se puso de rodillas y se tapó la cara, echándose a llorar.

— Yo iré contigo, y tus amigos más fieles también — Dijo George sentándose junto a Lana. La niña miró a George indiferente.

— ¿A qué te refieres? — Lana vió los arbustos otra vez, que se comenzaron a mover, y de estos salieron Closty, Teddy, Bob y Linda. — ¿Qué hacen aquí?

— ¡Vamos a ayudarte! — Dijo Closty con entusiasmo.

— ¡No voy a dejar que un idiota como Rex toque a Fred! — Dijo Linda furiosa.

— ¿De verdad me ayudarán? — Dijo Lana secándose las lágrimas

— Así es, Lana ¿Lista para la aventura? — Preguntó George.


Muñecos [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora