Amor Prohibido

capitulo 10

CAPITULO DIEZ.

La fiesta continuaba como si nada todo el mundo estaba ajeno a lo que pasaba entre las paredes del palacio y fuera de ellas. En los jardines traseros se encontraba Henry sin ánimos de unirse a la fiesta, sentía mucha rabia por su hermano y su propia madre, ¿porque se empeñaba en hacerle infeliz? Es algo que se preguntaba a menudo estos últimos días, ahora veía con claridad, toda su vida había sido diseñada y manejada a su antojo, eso le hizo sentir una sensación de vacío en el pecho, no tuvo ánimos para compartir la fiesta ni ser testigo de lo que iban a anunciar en breves momentos estaba convencido que no podría contener y explotaría contra todos los ahí presentes.

Siguió el sendero del molino que le conducía a un pequeño arroyo que estaba dentro de las inmediaciones de los jardines del palacio, el sonido del agua caer por el pequeño molino de agua le relajaba, a menudo cuando era niño su padre y el paseaban por aquí veían a los pájaros formar sus nidos en primavera , también se daban los primeros baños en los días más calurosos de verano, ese lugar le aportaba la paz que su alma atormentada necesitaba, no encontraba la salida, sabía lo que quería pero a cada paso que daba su vida se complicaba un poco más , se sentía perdido, todo su mundo se había dado la vuelta y no sabía cómo actuar, no quería perjudicar a sus familias, no quería perjudicar a Cecille , si se fugaban Inglaterra entera sería un hervidero de rumores y habladurías y el podre lord Johnson no lo soportaría, imaginaba el dolor que debería estar sintiendo en estos momentos pensando que su bien amada hija era una cualquiera, si supiera que todo era un engaño, tal vez si supiera que ellos dos se amaban el mismo la lanzaría a los brazos de Benjamín, ya dudaba de todo, se sentó en una piedra cerca del arroyo donde podía apreciar con claridad el agua cristalina, se quitó las sandalias y sumergió los pies en el agua helada del rio se echó las manos al rostro y no pudo sostener más las lágrimas rompiendo en un doloroso llanto silencioso.

Sumergido como estaba en sus pensamientos y su dolor, no escucho los pasos de su hermana Eleonora llegar, se sentó a su lado le retiro las manos del rostro, Henry se sorprendió quiso levantarse, pero su hermana no le dejo, tampoco dijo palabra alguna, tan solo le limpio las lágrimas y le dedico una sonrisa de sincero amor fraternal, fue lo que necesitaba así que se abandonó al dolor se olvidó de su abito, y ahí solo estaban dos hermanos.

-Eleonora...no se no sé cómo ha pasado no lo puedo explicar, solo te puedo decir que ya no puedo más con esto, va acabar conmigo, yo sabía que no sería fácil, pero esto es demasiado....

-Henry tranquilízate primero, todo tiene solución y para todo hay una salida hermano, Cecille me ha explicado algo, me dijo que siempre ha estado enamorada de ti, desde hace años te ama en silencio, puedes creerlo? -Eleonora acariciaba el pelo de su hermano, el tenía su cabeza recostada en su regazo.

-Yo la amé desde el primer momento que la vi aparecer en la iglesia, he intentado luchar contra este sentimiento, lo juro por dios que me quise alejar de ella, pero es más fuerte que yo y más intenso de lo que alguna vez he sentido por nada, ¿puedes entenderme?

Por eso hable con padre sabes, él sabe que no quiero seguir siendo sacerdote Eleonora, él me dijo que me va ayudar, pero madre...ella

-No hace falta que me digas nada más, se lo que a tramado junto con Benjamín, no sé cómo ha podido ser capaz de algo tan bajo, pero Henry ya es tarde...Benjamín y Cecille se acaban de comprometer y tanto padre como Lord Johnson ya han dado el visto bueno.

-No me importa Eleonora, tengo que hablar con padre él debe saber lo que a echo mi propia madre conmigo y Cecille, ¿sabes? Lo único que me consuela es saber del profundo amor que ella también siente por mí, que será conmigo con quien sueñe por las noches y no con él, es increíble como en solo unas horas he pasado de amar a mi hermano a odiarlo con todo mi ser, no le deseo mal alguno, pero no voy a poder volver a mirarle como antes aun así viva mil años