—si.

—esta beca involucra dinero o algo así, ¿no?— preguntó, llevando sus manos hacia atrás.

—si, está bien financiada.

—¿si? Bien.— él asintió levemente.

—mira con quien estas hablando, ¿puedo hablar cinco minutos con él?— Tony preguntó a May.

—claro.

Tony Stark se levantó del sillón y sonrió hacia las dos mujeres. May se acomodó y sonrió hacia Lea, dándole la espalda a Tony que comenzaba a hacer señas, llevando su dedo índice a sus labios, para que no hablara demasiado.

El joven Peter Parker la saludó, aún sonriendo hacia ella, pero Lea centró su vista en May.

Después de escuchar como se cerraba la puerta, May comenzó a reír.

—es increíble que lo haya aceptado, estoy muy orgullosa.

—es un buen chico.— susurró en respuesta, comiendo un poco del pan.

—Peter parecía feliz al verte, ¿él te conoce de algún lado?— Lea negó con la cabeza —¿Cuál es tu nombre?

—Lea.— May asintió.

—y... ¿tu edad?— preguntó curiosa.

Lea abrió los labios para hablar, pero pronto volvió a cerrar. Ella tenía la misma cantidad de años que el Universo en si, pero sabía que los humanos no podían vivir tanto tiempo.

Prácticamente, ella sólo llevaba unos pocos meses en la tierra, pero tampoco ese era un número factible.

—¿dieciocho?— habló con duda, la mujer juntó levemente las cejas con una mueca en sus labios.

—¿no sos muy joven para un trabajo de secretaria?

—el señor Stark cree que no.— rió levemente para intentar disimular.

—igual, superas a Peter por poco— tomó un poco de su té —. Él es un gran chico, es bastante carismático, aunque algunas veces es callado...

—¿y por qué me lo dice?— la incomodidad había llegado nuevamente.

—no vi a Peter con una chica en mucho tiempo, y me parece genial que esté interesado en alguien.

—yo no...— dudó. Nunca supo lo que realmente era con Steve Rogers, y tampoco sabía si seguían siendo algo después de todo —, es difícil.

—lo siento.— dijo apenada May.

—está bien, realmente no importa.— negó con la cabeza.

—bueno, Peter podría ser un buen amigo.— Lea rió.

—quizás.— rió levemente mientras movía la taza sobre la mesa.

—¿qué... qué te pasó en el rostro?— dijo moviendo sus manos sobre su propia mejilla, dando a entender que hablaba sobre las enormes heridas que T'Challa había provocado —Si puedo saber.

—malas experiencias recientemente.— susurró.

—lo siento tanto— habló haciendo una pequeña mueca —. Eso no te quita la belleza, tu ojos brillan demasiado, son tan curiosos.

Lea rió levemente, bajando la cabeza hacia el suelo. No estaba segura si realmente sus ojos eran tan únicos como los hacían parecer, Steve siempre decía que eran hermosos, pero jamás los había visto de tal manera, quizás porque en el Universo aquello era nada, o porque siempre había creído a los humanos mas especiales que ella.

Daughter Of The War. [Steve Rogers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora